El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó el martes la demanda presentada por miembros del Partido Republicano para anular los resultados ya certificados de Pensilvania, que dan como ganador a Joe Biden. Desde la noche electoral del 3 de noviembre, Donald Trump puso sus esperanzas en el más alto órgano judicial, de mayoría conservadora, para disputar los resultados de los comicios. La primera decisión del tribunal no es favorable para el republicano, que insiste en que las elecciones estuvieron amañadas.
Los jueces del Supremo votaron a favor de no bloquear un fallo del tribunal de Pensilvania, que rechazó una demanda de los republicanos sobre los votos por correo. Los demandantes, encabezados por el congresista republicano Mike Kelly, pidieron al tribunal estatal que anulara los 2,5 millones de papeletas enviadas por correo que consideraban irregulares o que ordenara a los legisladores estatales que eligieran ellos, independientemente del voto popular, a los compromisarios que acudirán en nombre del Estado a la cita del 14 de diciembre, cuando el Colegio Electoral votará el próximo presidente estadounidense. Este escenario era un intento de subvertir el proceso democrático, según alegaron los abogados que representaron al Estado de Pensilvania, desoyendo el sentido del voto de los ciudadanos de Pensilvania.
La decisión del Supremo publicada el martes por la tarde consistió en una sola frase apoyada de manera unánime (no hubo disidencias por escrito): “La solicitud de una medida cautelar presentada al juez [Samuel] Alito y por él remitida al Tribunal ha sido denegada”. Los demandantes buscaban que los magistrados interpusieran una orden dirigida a los funcionarios de Pensilvania para detener el proceso de certificación de los votos o “anular cualquier acción ya tomada”, mientras los republicanos continúan presentando nuevas demandas y apelando las desestimadas en los tribunales de apelaciones estatales. El gobernador demócrata del Estado, Tom Wolf, ya certificó la victoria de Biden y los 20 electores se reunirán el 14 de diciembre para votar a favor del demócrata.
El Supremo de Pensilvania falló en contra de los demandantes argumentando que la petición iba en contra de una ley estatal de 2019 que permite votar por correo sin necesidad de dar explicaciones. “En el momento en que se presentó esta acción [la demanda] el 21 de noviembre de 2020, millones de votantes de Pensilvania ya habían expresado su voluntad tanto en las elecciones primarias de junio de 2020 como en las elecciones generales de noviembre de 2020”, sostuvo el tribunal.
Los abogados del Estado acusaron a los demandantes de querer establecer una de las disputas más “dramáticas y disruptivas del poder judicial en la historia de la República”. “Ningún tribunal ha emitido una orden que anule la certificación de un gobernador de los resultados de las elecciones presidenciales”, escribieron en su fallo a finales de noviembre. El Tribunal Supremo de Estados Unidos no suele cuestionar los fallos de los organismos estatales con relación a las elecciones.
Biden obtuvo en Pensilvania el 50% de los votos contra un 48,8% a favor de Trump. El presidente electo logró en el colegio electoral 306 votos, superando con comodidad los 270 necesarios para llegar a la Casa Blanca. Incluso si el republicano hubiese obtenido la victoria en Pensilvania, con 20 votos electorales, el demócrata seguiría siendo el ganador de las presidenciales.
Más de un mes después de las elecciones, Trump sigue sin admitir su derrota, y se ha embarcado en una ofensiva judicial que, hasta la fecha, no ha cosechado más que derrotas y algún sonado ridículo. Antes de conocerse la decisión del Supremo, Trump animó a sus partidarios en un acto en la Casa Blanca relacionado con las vacunas contra el coronavirus a “tener el valor” para revertir los resultados. “Veamos si alguien tiene el valor, un legislador o las legislaturas estatales, un magistrado del Tribunal Supremo o varios magistrados del Supremo. Veamos si tienen el valor de hacer lo que todo el mundo en este país sabe que es lo correcto”, aseguró.
El martes por la tarde, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, presentó una demanda ante el Tribunal Supremo para impugnar los resultados de las elecciones en Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin por incumplimiento de la legislación electoral y por aprobar cambios de última hora relacionados con el voto por correo, medidas que se tomaron para facilitar la participación en medio de la pandemia de coronavirus sin poner en riesgo a los votantes. Paxton, un gran defensor de Trump, ha acusado a los cuatro territorios que le dieron el triunfo a Biden de haber “inundado a sus ciudadanos con solicitudes y papeletas ilegales”. La demanda busca impedir que los electores de los Estados voten el 14 de diciembre acorde a las papeletas “ilegales y constitucionalmente contaminadas”. No hay evidencia que demuestre tales acusaciones.
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