Trump resta gravedad al ciberataque masivo a EE UU y apunta a China después de que Pompeo acusara a Rusia


Al margen de la información que hayan obtenido los piratas informáticos que se infiltraron desde primavera en miles de redes del Gobierno estadounidense y de compañías privadas, lo que sí han logrado es sembrar el caos en la saliente Administración Trump, que ha ofrecido este fin de semana un comportamiento poco menos que bochornoso en el manejo público de la crisis. Al día siguiente de que el secretario de Estadlo, Mike Pompeo, apoyara las conclusiones preliminares de la inteligencia estadounidense y se convirtiera en el primer miembro de la Administración en acusar públicamente al Kremlin del masivo ciberataque, el presidente ha roto su silencio este sábado con un tuit insólito. En el mensaje, Trump relativiza la operación de espionaje, acusa a los medios de engordarla y de señalar a Moscú, arroja sospechas infundadas contra China y hasta aventura sin base alguna, arrimando sin pudor la sardina a sus ascuas, que el hackeo pudo afectar al recuento de los votos en las elecciones que perdió el 3 de noviembre.

“El hackeo es mucho mayor en los medios de las noticias falsas que en la realidad. He sido totalmente informado y todo está bajo control. Rusia, Rusia, Rusia es el canto prioritario cuando pasa cualquier cosa porque los medios, principalmente por razones financieras, están petrificados ante la posibilidad de que pudo ser China (¡puede ser!). También pudieron haber sido atacadas nuestras ridículas máquinas de voto durante las elecciones, que ahora es obvio que gané de calle, convirtiéndolo en una vergüenza aún más corrupta para Estados Unidos”, ha tuiteado el presidente, etiquetando a Pompeo en el mensaje.

La víspera, el secretario de Estado apuntaba ya oficialmente a Moscú como responsable del ciberataque masivo. Pompeo aseguró que es “bastante claro” que Rusia está detrás de un ataque que oficiales de ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional calificaron en un comunicado de “un grave riesgo para el Gobierno federal”.

“Estamos aún desentrañando precisamente de qué se trató”, dijo el jefe de la diplomacia en una entrevista radiofónica. “Fue un esfuerzo significativo, y creo que ahora podemos decir bastante claramente que fueron los rusos quienes se realizaron esa actividad”. Rusia ha asegurado que no tuvo “nada que ver” con el hackeo.

Los piratas informáticos comprometieron los sistemas de, entre otros organismos, el Pentágono, los laboratorios nucleares, los Institutos Nacionales de Salud, el departamento de Estado, el de Seguridad Nacional, el de Energía, el de Comercio y el del Tesoro. No está claro exactamente qué buscaban, pero diversos expertos han apuntado a información sobre armamento, investigación sobre las vacunas de la covid-19 o dosieres sobre líderes políticos empresariales. Lo excepcional de la operación es que hasta 18.000 organizaciones resultaron infectadas, entre marzo y junio, con un código malicioso introducido en las actualizaciones de un software de administración de redes, desarrollado por una compañía de Texas, que utilizan el Gobierno y cientos de grandes empresas.

Pompeo no especificó a qué agencia rusa acusa de llevar a cabo la operación. Pero oficiales de inteligencia citados por diversos medios estadounidenses apuntan en privado al servicio de inteligencia extranjera, heredero de la KGB, acusado de una campaña similar en 2015. La diferencia es que, en esta ocasión, después de la masiva injerencia rusa detectada por inteligencia estadounidense en las elecciones de 2016, el público está más prevenido sobre la capacidad y la disposición de Moscú a llevar a cabo estas actividades.

Los líderes demócratas de los cuatro comités del Congreso que han recibido sesiones informativas sobre el ciberataque publicaron un comunicado en el que se quejan de que el Gobierno “se mostró reacio a compartir el alcance completo del ataque y la identidad de las víctimas”. La información clasificada que se les proporcionó, aseguran, les dejó “con más preguntas que respuestas”.

Los expertos aseguran que se tardará aún meses en expulsar a los hackers de los sistemas en los que llevan meses introducidos. No hay, aseguran, especialistas suficientes para identificar todos los sistemas, públicos y privados, que han resultado comprometidos. El presidente electo Joe Biden aseguró el jueves que su Administración impondrá “costes sustanciales” a los responsables. “No permaneceré inmóvil ante los ciberataques a nuestra nación”, dijo.

Suscríbase aquí a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos


Source link