Los vivos colores de la tumba de Tutankamón, el faraón más conocido de Egipto, han recuperado su brillo y esplendor gracias a un proyecto de restauración que se ha extendido una década y fue presentado el jueves al público.
La pequeña tumba del faraón niño, uno de los iconos del Valle de los Reyes, está ahora en mejores condiciones que cuando la descubrió el arqueólogo Howard Carter en 1922, según dijeron a Efe arqueólogos egipcios y del equipo responsable del proyecto.
“Hicieron el trabajo más impresionante jamás hecho en una tumba en el mundo y salvaron a Tutankamón, salvaron la tumba”, dijo a Efe el renombrado egiptólogo Zahi Hawas.
El proyecto, desarrollado por el Getty Conservation Institute (GCI) de Estados Unidos, se ha centrado en mejorar las condiciones ambientales de la tumba para tratar de protegerla de la erosión del turismo, que está regresando con fuerza a la necrópolis real excavada en los cerros desérticos de Luxor, en el sur de Egipto.
El arqueólogo Neville Agnew, uno de los responsables del GCI, explicó que la tumba no estaba en condiciones “tan malas” cuando comenzó el proyecto, ya que el estado de las pinturas era relativamente estable.
Los frescos fueron dañados principalmente por unos hongos que causaron centenares de pequeñas manchas marrones que salpican las pinturas, algo único en una tumba del Valle de los Reyes, pero los investigadores tienen certeza de que ya no representan un peligro.
“Creemos que los puntos marrones surgieron porque la sellaron demasiado rápido. Había mucha humedad y aparecieron hongos. Hoy los hongos están muertos, nunca crecieron desde que Carter abrió la tumba, podemos comparar las fotografías”, dijo Agnew.
No obstante, los conservadores no han querido retirarlos porque han penetrado la capa de pintura, por lo que se podría causar daños a los pigmentos.
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Además, según argulle Agnew, “las manchas marrones forman parte de la historia de la tumba”.
El proyecto de conservación ha incluido la instalación de un sistema de ventilación y filtración de aire para mitigar la humedad, además de un nuevo sistema de iluminación LED y mejoras en la protección y presentación del sitio, incluida la instalación de nuevas tarimas de madera elevadas de observación.
Para mejorar la conservación del enterramiento, el instituto Getty va a proponer al Gobierno egipcio que limite las visitas de turistas, a un máximo de 25 personas al mismo tiempo, una cifra muy inferior a la que actualmente se ve expuesto el diminuto recinto.
Durante la visita de los arqueólogos y periodistas a la tumba, medio centenar de turistas se arremolinaban en la estancia, en la que reposan la momia y uno de los sarcófagos de Tutankamón, quien reinó en Egipto entre 1332 y 1323 a.C.
Según Agnew, 25 personas es el límite de aforo que soporta el sistema de ventilación para su correcto funcionamiento, pero la decisión de limitar el flujo de turistas dependerá del Ministerio de Antigüedades, que se financia en parte de las entradas que pagan los visitantes.
El Ministerio, responsable de todas las excavaciones arqueológicas de Egipto, no envió a funcionarios de alto rango al acto de presentación y solo autorizó el acceso de un reducido número de periodistas a la tumba después de intensas negociaciones.
Agnew afirmó que para conservar mejor la tumba, se necesita poner en práctica un buen proceso de gestión, aunque reconoció que “el gran problema es que muy a menudo no hay presupuesto” para estos fines.
En la misma línea, Zahi Hawas advirtió, en declaraciones a periodistas, de que si no se cambia el modelo de gestión del Valle de los Reyes, “no durará otros 500 años”.
“Necesitamos pronto un programa de gestión de todo el Valle. El ministerio necesita (…) decir cuánta gente puede entrar cada día en la tumba de Tutankamón, cuántas tumbas son abiertas o cerradas. Eso se llama gestión de un sitio, concebirlo como un programa completo”, comentó a Efe Hawas, quien también fue ministro de Antigüedades.
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