Elon Musk, durante su participación, este jueves, en una conferencia TED en la ciudad canadiense de Vancouver.RYAN LASH (AFP)
Twitter ha respondido este viernes a la oferta de compra que lanzó la víspera por sorpresa Elon Musk. El consejo de administración de la red social ha anunciado que pondrá en marcha una maniobra corporativa que hace difícil al magnate hacerse con el control de la plataforma tecnológica. La estrategia, conocida dentro del mundo económico como poison pill (píldora venenosa), estará vigente hasta el 14 de abril de 2023, por lo que permite ganar tiempo a la dirección actual de la compañía, que ha vivido diez días de infarto desde que se reveló que Musk había adquirido el 9,2% de la empresa a principios de abril. El hombre más rico del mundo sorprendió el jueves poniendo sobre la mesa 43.400 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros) para quedarse con una de las joyas de Silicon Valley.
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Esa operación, la poison pill, es un recurso de emergencia puesto en marcha por numerosos consejos de administración de empresas estadounidenses desde la década de 1980. Se trata de una medida legal pensada para proteger los intereses y derechos de los accionistas ante opas hostiles y los llamados “invasores corporativos”, es decir, aquellos socios que entran en los consejos de administración con el objetivo de conquistarlos desde dentro.
La medida se dirige a un inversor o grupo de inversores que intenta hacerse con al menos el 15% de los títulos de la empresa. En ese momento, la empresa puede activar esa cláusula, que supone la venta de más acciones de la compañía a un precio más competitivo (es decir, algo por debajo del valor de mercado) por otros accionistas, pero no por los que lanzaron la oferta hostil. Al final de la operación, eso hace menos atractiva la adquisición, ya que ese 15% de capital se ha diluido y los títulos suelen valer menos. Y eso prácticamente aboca a una negociación del accionista con la cúpula de la empresa.
La entrada de Musk en la empresa a principios de abril supuso que muchos miembros del consejo se pusieran en guardia. Se le ofreció entonces un asiento en el consejo, que Musk aceptó. Días después, lo rechazó. La empresa ha informado que el plan no impide entablar negociaciones con posibles compradores de la compañía o de aceptar una oferta que los accionistas consideren aceptable. De hecho, la tarde del jueves fueron llegando las primeras reacciones a la oferta de Musk, que dejaron ver que no había unanimidad ante la adquisición. Sin embargo, dijo ese mismo día que no iba a mejorar la cantidad que ofreció de 54,20 dólares por título, ante la perspectiva de una negativa. Esa era su oferta final. Y por ahora, no ha respondido al envite de Twitter.
Musk, cuya fortuna personal supera los 260.000 millones de dólares (240.000 millones de euros), subrayó la tarde del jueves que tenía “los suficientes fondos” para cerrar la operación. El empresario acudió a una conferencia TED en Vancouver (Canadá), donde habló de su vida personal y de su visión de los negocios. También habló de sus planes de compra de Twitter, a la que pretende sacar de Bolsa y convertirla en una empresa privada, conservando el mayor número posible de accionistas. Ante Chris Anderson, el comisario de las populares conferencias sobre el mundo tecnológico y científico, Musk dijo también que tiene un plan B para hacerse con Twitter, aunque no profundizó en los detalles.
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Sus mensajes en la red social reflejan su deseo a que la oferta se abra a un voto de todos los poseedores de títulos, no solo a quienes componen el órgano de administración. “Si el actual consejo toma acciones contrarias a los intereses de los accionistas estarían incumpliendo sus obligaciones fiduciarias”, comentó en uno de sus mensajes. En otro sometió su idea a un sondeo, que recibió casi tres millones de votos (Musk tiene 80 millones de seguidores). El 83% votó en favor de que la decisión la adopten los accionistas y no el consejo.
El magnate ya había previsto la posibilidad de una negativa. Así lo expresó en uno de sus mensajes: “Si el actual consejo toma acciones contrarias a los intereses de los accionistas estarían incumpliendo sus obligaciones fiduciarias”. La tarde del jueves (noche en la España peninsular) acudió a Twitter para hablar con uno de los principales accionistas de la compañía. El príncipe saudí Alwaleed Bin Talal, dueño del 5% de la tecnológica a través de su conglomerado Kingdom Holding, dijo horas antes que la oferta no se acercaba “al valor intrínseco dadas las proyecciones de crecimiento”. Como réplica, Musk quiso saber su opinión sobre la libertad de expresión de los periodistas.
La oferta de Musk ha agitado el debate sobre la libertad de expresión en Estados Unidos en un momento de alta polarización. Twitter fue una de las primeras tecnológicas que revisaron sus políticas de moderación de comentarios y de las que tomaron represalias tras el asalto al Capitolio por parte de seguidores del expresidente Donald Trump, el 6 de enero de 2021. “Una fuerte intuición me dice que tener una plataforma pública en la que la mayoría confía y que es muy incluyente es extremadamente importante para el futuro de la civilización. Esto no es un asunto económico”, afirmó el emprendedor en el foro de TED.
Si hay un sector que se ha entusiasmado con la idea de que Musk se convierta en un barón de los medios tecnológicos es precisamente el trumpismo, el principal damnificado por las políticas de moderación de Facebook y Youtube, además de Twitter. Los sectores radicales de la derecha han optado en los últimos tiempos por mudarse a redes marginales como Parler, Gttr, Rumble y Truth Social, respaldadas expresamente por el expresidente republicano.
“Ante la duda, deberíamos permitir que exista el discurso. Pero si es un área gris, diría que prefiero que exista el tuit… Obviamente en el caso de que haya demasiada controversia, no necesariamente vas a promocionar ese mensaje. No tengo todas las respuestas”, afirmó el empresario el jueves, donde también habló de su vida con Asperger, un tema que abordó en tono cómico en mayo del año pasado con una aparición en el popular programa de sketches Saturday Night Live.
Musk ya habla de su nueva cruzada con la misma intensidad con la que se refería a la importancia de explorar el espacio, una misión de SpaceX. Al cerrar su charla con TED, el emprendedor se enfundó su traje de visionario con el que tan cómodo se siente: “Pienso que debemos luchar por un buen futuro para la humanidad. Debemos ser optimistas y luchar por hacer que ese optimismo futuro suceda”.