La multinacional estadounidense de transporte Uber perdió 9.141 millones de dólares en 2022, multiplicando por 18 los 496 millones de 2021, debido a la devaluación de algunos activos, en un ejercicio en el que disparó sus ingresos por la vuelta a la actividad tras la pandemia.
Según informó este miércoles la empresa estadounidense, su facturación aumentó el pasado año un 82%, hasta 31,877 millones, superando las expectativas de los analistas, y disparando un 8% su valor en bolsa en las operaciones electrónicas previas a la apertura de Wall Street.
Las cuentas de la compañía muestran un impacto negativo de 7,000 millones de dólares relacionado con las inversiones de capital de Uber, principalmente consecuencia de las pérdidas acumuladas no realizadas en sus participaciones en Grab, Aurora y Didi.
Durante el último trimestre del año, datos a los que más atención prestaban los mercados, Uber tuvo un beneficio neto de 595 millones, un 33% menos que en el mismo periodo de 2021, con la mayor parte de esas ganancias vinculadas a inversiones en terceras compañías.
“Terminamos 2022 con nuestro trimestre más sólido nunca, con una demanda robusta y márgenes récord“, dijo en un comunicado Dara Khosrowshahi, el consejero delegado de la compañía.
Mientras tanto, la cifra de negocio de la empresa con sede en San Francisco (EE.UU.) entre octubre y diciembre ascendió a 8,607 millones, un 49% más.
Esa fuerte subida está vinculada sobre todo a un mayor número de desplazamientos, pues la unidad de “movilidad” de Uber ingresó en los tres últimos meses de 2022 un 82% interanual, hasta 4,136 millones de dólares.
Esa facturación superó la de la unidad de entregas (2,931 millones de dólares), que creció con fuerza durante la pandemia y que mantuvo a flote a la empresa cuando los confinamientos dejaron en mínimos los viajes.
Por áreas geográficas, la facturación de Uber creció en todas las regiones, pero especialmente en Europa, Oriente Medio y África, donde aumentó un 110%, hasta 2,092 millones de dólares.
Estados Unidos y Canadá siguió siendo la base del negocio de la empresa, con unos ingresos de 4,976 millones (un 38% más), mientras que en Latinoamérica facturó 547 millones, un 31% más.
A diferencia de otras tecnológicas, que están ahora ajustando sus plantillas tras crecer mucho durante la pandemia, Uber se vio muy afectada por las restricciones sanitarias y recortó gastos entonces, pero ahora no prevé despidos, pues espera que su negocio se acelere en 2023.
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