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Ucrania abandona la lucha en la acería de Mariupol y evacúa a 250 soldados

Ucrania abandona la lucha en la acería de Mariupol y evacúa a 250 soldados

La batalla de la asediada acería Azovstal, en Mariupol, llegó a su fin este lunes. Ucrania anunció que la “misión de combate” en la planta siderúrgica, el último foco conocido de resistencia ucrania en la devastada ciudad portuaria tomada por las fuerzas del Kremlin, ha terminado, mientras que el Ministerio de Defensa ruso hablaba ya este martes de “rendición”. Tras llegar a un acuerdo para evacuar a los milicianos acantonados en la zona industrial de Azovstal, según anunció la viceministra ucrania de Defensa, Hanna Maliar, unos 250 han sido trasladados a dos localidades ucranias ahora bajo control del Kremlin y serán intercambiados por militares rusos. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se ha comprometido a que estos milicianos serán tratados como “prisioneros de guerra”. Siguen en marcha los contactos para liberar al resto de combatientes que permanecen en Azovstal, que se ha convertido en el símbolo de la resistencia ucrania frente a la brutalidad de la invasión rusa. “Ucrania necesita héroes ucranios vivos”, recalcó el presidente Volodímir Zelenski en un discurso a la nación el lunes por la noche. “Esperamos salvar la vida de nuestros muchachos”, añadió.

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El Estado mayor ucranio ha ordenado a los defensores de Azovstal que quedan que se concentren en “salvar la vida de su personal”. La guarnición de Mariupol “ha cumplido su misión”, ha dicho en una nota. No se ha informado del número exacto de los militares que permanecen en los búnkeres y sótanos de la acería, en la que hasta hace solo unos días se refugiaban también cientos de civiles que ya han sido trasladados a territorio ucranio a través de varios corredores humanitarios.

De momento y tras semanas de negociaciones y ruegos de las familias de los últimos de Azovstal, se ha evacuado a 53 combatientes heridos graves a un centro sanitario de la localidad de Novoazovsk, a unos 40 kilómetros de Mariupol, en zona bajo dominio de los separatistas prorrusos a través de los que Moscú controla la zona y usa como parapeto y argumento para la invasión. Otros 211 han sido trasladados a Olenivka, cerca de la ciudad de Donetsk, en el área ocupada del Donbás. Ucrania habla de una operación para “salvar a los defensores de Mariupol”.

Soldados ucranios heridos en un autobús tras ser evacuados de la acería Azovstal de Mariupol.ALEXANDER ERMOCHENKO (REUTERS)

Una docena de autobuses con milicianos ucranios salió de Azovstal en la noche del lunes, según informó Reuters. Imágenes de esa agencia muestran a decenas de uniformados llegando, algunos de ellos heridos y en camilla, a Novoazovsk.

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“Gracias al trabajo de los militares ucranios, las Fuerzas Armadas, los servicios de inteligencia, el grupo de negociaciones, el comité de Cruz Roja y la ONU, tenemos la esperanza de poder salvar la vida de nuestros chicos”, ha dicho Zelenski en un vídeo en el que pide comprensión ante el acuerdo alcanzado. “Entre ellos hay heridos graves. Están recibiendo ayuda. Quiero subrayar que Ucrania necesita que sus héroes ucranios vivan”, añade. “Para poder devolver a los chicos a casa, el trabajo continúa y ese trabajo requiere delicadeza y tiempo”, concluye el presidente. Zelenski no habla de rendición

Poco antes, el Batallón Azov, una importante milicia integrada en la Guardia Nacional de Ucrania y cuyos miembros forman parte de la resistencia en Mariupol, hizo público un comunicado grabado en vídeo por Denys Prokopenko, uno de sus responsables dentro de Azvovstal en el que admite, sin hablar de rendición, que han cumplido órdenes de arriba con el fin de salvar vidas. En la red social Telegram añaden que esperan contar con el apoyo de los ucranios.

Un autobús traslada a los soldados ucranios tras ser evacuados de la acería Azovstal de Mariupol.ALEXANDER ERMOCHENKO (REUTERS)

“La guerra es arte y no es ciencia. Cuando has acatado la orden y, a la vez, has guardado el máximo número de tu gente, estás ante el nivel más alto de gestión militar, sobre todo cuando la decisión viene del más alto mando militar”, señala Prokopenko. El miliciano no esconde, pese a todo, que tiene “dudas de haber tomado la decisión correcta”.

El Ejército ruso informó por su parte ya el lunes por la tarde de que se había llegado a un acuerdo con Ucrania sobre la evacuación de Azovstal de los militares ucranios heridos, según una nota citada por la agencia Interfax. Defensa también anunció un alto el fuego para la evacuación. Moscú aseguró que los militares heridos iban a ser trasladados a un centro médico de Novoazovsk, como así ha sido. Un traslado que significa, en realidad, evacuar hacia territorio controlado por el enemigo. Este martes, un parlamentario ruso, Leonid Slutsky, que participó en las fallidas negociaciones de paz con Ucrania, declaró que los miembros del batallón Azov “no merecen vivir”, durante un debate en la Cámara Baja del Parlamento ruso.

Los medios de la órbita del Kremlin han hablado de la evacuación como una gran victoria rusa que asestará un gran golpe a la moral ucrania. Aunque nada en lo que el presidente ruso, Vladímir Putin, llama “operación militar especial” parece ir según su plan y su lista de victorias y objetivos se reduce por momentos.

Situación desesperada en Azovstal

Un grupo de esposas y madres de algunos de los milicianos acantonados lleva días tratando de buscar ayuda en la esfera internacional. Cuatro de ellas han pedido en Estambul este lunes la intermediación del presidente Recep Tayyip Erdogan. Lo han hecho arropadas por la cantante ucrania Ruslana, ganadora del concurso de Eurovisión en 2004. El viaje ha tenido lugar justo el día en que ha regresado a casa el grupo Kalush Orchestra, vencedor el sábado del certamen de este año. Su líder, el rapero Oleh Psiuk, lanzó un grito desde el escenario tras acabar su actuación: “¡Ayuda a Ucrania, ayuda a Mariupol, ayuda a Azovstal!”. La semana pasada, otras dos de estas mujeres fueron recibidas por el Papa Francisco en el Vaticano.

La situación en la zona industrial, último bastión de la resistencia en Mariupol, era ya desesperada desde hacía semanas. Se habían organizado varias expediciones para evacuar a civiles, pero dentro permanecían cientos de milicianos, algunos gravemente heridos. Además, las provisiones y los medicamentos eran cada vez más escasos, pues las líneas de suministro eran inexistentes al estar la zona rodeada y casi permanentemente bajo fuego enemigo.

La operación de rescatar al primer grupo de civiles de Azovstal, que se refugiaban en distintas partes de la zona industrial, se completó el 3 de mayo. Ese día varias decenas de mujeres y niños llegaron a Zaporiyia. Antes se había intentado varias veces sacar de allí al convoy sin conseguirlo. Se logró solo después de que la ONU y Cruz Roja Internacional lideraran el acuerdo para evacuar los búnkeres de la acería. Tras aquel primer grupo de evacuado se han sucedido algunos más hasta que ya apenas han quedado civiles entre los refugiados en la gran planta metalúrgica.

Con la toma de Azovstal, el Ejército de Vladímir Putin aspira a reclamar el control total de la ciudad en el puerto del mar de Azov. Mariupol, la ciudad ucrania más castigada en esta guerra, es simbólica para el Kremlin. Su caída definitiva permitiría a Moscú unir la península ucrania de Crimea, que mantiene ocupada de forma ilegal desde 2014, con el Donbás, la región que sigue en guerra desde ese mismo año y en la que también se suceden estas semanas intensos combates.

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