Uno de los dos reactores que aún funcionaba de la central nuclear de Zaporiyia, en el sudeste de Ucrania, ha tenido que ser apagado este jueves a causa de un bombardeo ruso, aseguró este jueves Energoatom, la empresa estatal ucrania que gestionaba las instalaciones hasta que Rusia se apoderó de ellas el 4 de marzo. Moscú, por su parte, ha acusado a Ucrania de haber enviado “a un grupo de sabotaje” para tratar de recuperar el control de la planta, la mayor de Europa. El cruce de acusaciones llega el mismo día en el que una misión de la agencia nuclear de la ONU, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), ha visitado la central para evaluar el riesgo de fugas radioactivas. Rusia y Ucrania se han acusado mutuamente de tratar de boicotear la misión. Tras un retraso de varias horas provocado por los bombardeos, los expertos de Naciones Unidas han podido acceder a las instalaciones. Rafael Grossi, el director del OIEA, declaró a las agencias rusas al abandonar la central de Zaporiyia: “Las cosas clave que necesitaba ver, las he visto”.
Un reportero de Reuters presenció la entrada del convoy de la ONU en la central nuclear en medio de una importante presencia de militares rusos. El equipo de inspectores liderado por Grossi llegó en torno a las 14.15 hora local (13.15 en la España peninsular), en medio de una importante presencia de militares rusos. Al abandonar las instalaciones, poco antes de las 18.00, el director del general del OIEA declaró a varias agencias rusas que, durante las horas que han permanecido en la central, su equipo había sido capaz de “recopilar mucha información”. Grossi ha añadido que había podido ver “las cosas que necesitaba”, sin agregar más detalles.
Antes de la llegada del equipo del OIEA a la central nuclear, Energoatom publicó en Telegram: “Como resultado de otro bombardeo de morteros por parte de las fuerzas rusas (…) en el emplazamiento de la central nuclear de Zaporiyia, el mecanismo de emergencia se activó y la quinta unidad de potencia operativa [el reactor número cinco] fue apagado”. La planta está bajo control de Moscú desde marzo, pero sigue conectada a la red eléctrica ucrania y sus trabajadores son también de esa nacionalidad, aunque están bajo supervisión de responsables rusos. La compañía estatal ucrania aseguró después que el reactor número seis sigue “trabajando para el sistema energético de Ucrania” y suministrando electricidad para el funcionamiento interno de la planta. La central de Zaporiyia cuenta en total con seis reactores.
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De acuerdo con la información de Energoatom, una línea de suministro eléctrico utilizada para la alimentación de energía interna de la central también resultó dañada, por lo que hubo que poner en marcha generadores auxiliares para que las instalaciones no se quedaran sin electricidad. La corriente es indispensable para que los sistemas de refrigeración de los reactores sigan funcionando y evitar así el riesgo de fugas radioactivas. Según la compañía ucrania, estos generadores, que funcionan con gasóleo, se pusieron en funcionamiento en el reactor número dos.
También este jueves, el Ministerio de Defensa ruso acusó a Ucrania de haber enviado “un grupo de sabotaje” a la central con la intención de arrebatar su control a las fuerzas del Kremlin. En un comunicado, el ministerio aseguró que hasta 60 militares ucranios cruzaron en botes el río Dniéper, junto al que se encuentra la planta de Zaporiyia, a las seis de la mañana hora local (una hora menos en la España peninsular). Moscú calificó esta supuesta operación de sabotaje de “provocación” destinada a entorpecer la visita de los inspectores del OIEA.
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El comunicado prosigue asegurando que las fuerzas rusas “habían tomado medidas para destruir” a las tropas de Kiev, y utilizado aviación militar con ese fin. Moscú acusa también a Ucrania de haber bombardeado tanto el punto de encuentro de la delegación de los inspectores de Naciones Unidas como la propia central. Un funcionario ruso instalado en Energodar —donde se encuentra la planta de Zaporiyia—ha asegurado a la agencia oficial rusa Tass que la localidad no tiene electricidad.
En una rueda de prensa este miércoles en Moscú, María Zajárova, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, declaró: “La UE está muy ocupada con una decisión importante: si debe expedir visados a turistas rusos o no. Pero la radiación no necesita visados para cruzar fronteras. Si algo sucede en Zaporiyia, no será sobre visados, pasaportes o fronteras.
La misión sigue
Mientras continúa el cruce de acusaciones de ambas partes, la delegación del OIEA ha atravesado ya el control exterior de acceso de la central, según Reuters. Tras llegar la víspera a Zaporiyia, la capital provincial, a unos 55 kilómetros de la planta atómica, el director de este organismo independiente pero incluido en el sistema de Naciones Unidas, Rafael Grossi, confirmó que la situación de las instalaciones se ha deteriorado.
En una comparecencia ante la prensa en esa ciudad, el jefe del equipo de 14 inspectores de la ONU deploró que la misión tenga que desarrollarse en medio del “aumento de la actividad militar en la zona”. Grossi aseguró que, a pesar de ello, su equipo visitará las instalaciones para evaluar los posibles riesgos de seguridad y que se reunirá con su personal ucranio, cuyas condiciones de vida y de trabajo se desconocen desde que Rusia tomara la planta en marzo. El diplomático argentino, a cargo del OIEA desde finales de 2019, insistió en que uno de los objetivos de la misión será precisamente hablar con esos trabajadores ucranios, sometidos, según el organismo, a un enorme estrés físico y mental, lo que representa un riesgo añadido de accidentes.
“Es una misión que busca evitar un accidente nuclear y preservar esta importante central, la más grande de Europa”, indicó Grossi. Las instalaciones albergan seis de los 15 reactores con los que cuenta Ucrania y antes de la guerra aportaban el 20% de la electricidad del país. Se espera que la visita de los expertos dure “unos días”, afirmó Grossi, que aseguró haber recibido garantías de seguridad de las autoridades rusas y ucranias. “Estas operaciones son muy complejas: vamos a una zona que está en guerra, vamos a un territorio ocupado”, subrayó el director del OIEA.
El organismo de la ONU ha anunciado a su vez su intención de establecer una misión permanente en la central, según agencias de información ucranias. Sin embargo, el miércoles, el viceministro de Exteriores ruso, Andréi Rudenko, dejó en el aire el visto bueno de Moscú a esa intención al limitarse a aseverar que la idea “se está discutiendo” en Moscú.
La visita de los inspectores se inicia pocos días después de que, el pasado jueves, un incendio provocado por los bombardeos que Kiev y Moscú se atribuyen mutuamente, dejara la planta “totalmente desconectada” por daños en las conexiones eléctricas con la red del país “por primera vez en su historia”, según Energoatom. La central entró de nuevo en funcionamiento parcialmente el viernes.
En su última visita a la capital ucrania, el 18 de agosto, el secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que “cualquier opción que no sea desmilitarizar Zaporiyia sería un suicidio”. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró poco después que Rusia no se plantea la posibilidad de implantar una zona desmilitarizada en torno a la planta, como Washington le ha instado a hacer, y acusó a Kiev de poner en peligro “la seguridad de toda Europa”.
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