Las reuniones entre las delegaciones rusa y ucrania celebradas este martes en Estambul han concluido con avances y abren la puerta a un posible acuerdo. La parte rusa las ha definido como “constructivas”. Su viceministro de Defensa, Alexander Fomin, ha anunciado que, en respuesta a los progresos, Moscú ha decidido “reducir las operaciones militares” en las áreas de Kiev y Chernigov. El equipo de negociación enviado por el Gobierno de Volodímir Zelenski ha manifestado al término de cuatro horas de conversaciones que Ucrania sellaría su neutralidad y, por tanto, renuncia a entrar en la Alianza Atlántica, como exige el presidente Vladímir Putin, siempre que Kiev cuente con garantías de seguridad en sus territorios, sin incluir la desmilitarización de las regiones ocupadas, la península de Crimea y Donbás. Uno de los portavoces de la delegación ucrania, Mijailo Podolyak, ha señalado a la prensa al término de la reunión que “los resultados alcanzados hoy son suficientes para que se celebre una reunión a nivel de líderes”, es decir, entre los presidentes Putin y Zelenski, algo en lo que Turquía, anfitrión de la reunión, lleva semanas insistiendo. El responsable del equipo ruso ha apostillado que esta cumbre solo sería posible si los ministros de Exteriores de ambos países firman previamente un acuerdo.
La propuesta del equipo de enviados de Ucrania tendrá que ser ahora valorada por los delegados rusos. Los negociadores enviados por Kiev, liderados por David Arajamia, presidente del grupo mayoritario del Parlamento ucraniano, han presentado una propuesta de acuerdo en la que, a cambio de su “neutralidad” militar ―que incluye la renuncia a ingresar en la OTAN, al establecimiento de bases militares extranjeras en su territorio y al desarrollo de armas nucleares―, exige un tratado de garantías. Este tratado, que debería certificarse en una cumbre internacional, implicaría la designación de una decena de países garantes, los cinco del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) más Turquía, Alemania, Canadá, Israel o Polonia, que, en caso de agresión al territorio ucranio tendrían la obligación de defenderlo, del mismo modo que funciona el artículo 5 de la carta de la OTAN.
Quedaría fuera de esta protección el territorio de Crimea, anexionado por Rusia en 2014, y Donbás, en manos de rebeldes prorrusos. Ucrania seguiría considerando estos territorios como dentro de sus fronteras y ocupados por Rusia, pero se compromete a no llevar a cabo acciones ofensivas contra ellos. La propuesta ucrania que debe revisar ahora Moscú prevé un periodo de 15 años para negociar con Moscú el futuro estatus de Crimea.
La reunión se inició a las 9.30, hora local (una hora menos en la España peninsular), con la recepción por parte del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que instó a ambas delegaciones a estar a la altura de su “misión histórica” y a lograr “una paz justa” para ambas partes. Después de un encuentro de hora y media entre los jefes de delegación ruso y ucranio, los equipos negociadores al completo (entre los que hay representantes gubernamentales, parlamentarios y militares) se reunieron durante cerca de tres horas más, con pausas entre medias. Está previsto que las negociaciones se prolonguen mañana miércoles, según ha informado el Gobierno turco.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó antes de las negociaciones a los representantes de Kiev y Moscú a actuar con “responsabilidad” y pactar un alto el fuego. “Con un sentido de responsabilidad estoy seguro de que se pueden alcanzar un alto el fuego permanente”, dijo Erdogan en un discurso dirigido a los delegados de ambas partes en la Oficina Presidencial del Palacio de Dolmabahçe de Estambul, según recoge la agencia Efe. El mandatario expresó asimismo su confianza en que la reunión de hoy y mañana abra el camino para un encuentro a nivel de jefes de Gobierno. “Creemos que no hay perdedores de una paz justa y equitativa. La continuación de la guerra no es del agrado de ninguna de las partes y un alto el fuego inmediato beneficiaría a todos”, subrayó el mandatario turco en su alocución televisada.
Aludiendo implícitamente a los combates diarios desde que el 24 de febrero las tropas rusas invadieran Ucrania, Erdogan consideró que llegó la hora de que el fuego cese “tan pronto como sea posible”. “Todo el mundo está esperando las buenas noticias de ustedes”, insistió tras recordar los esfuerzos suyos y de su Gobierno para mediar entre las partes con el fin de lograr una solución que ponga fin a los combates.
Hasta ahora, las dos partes se reunieron de forma presencial en tres ocasiones en territorio bielorruso, mientras el día 10 se reunieron sin éxito en Antalya los ministros de Exteriores de Rusia y Ucrania, Serguéi Lavrov y Dmitro Kuleba, respectivamente. Desde entonces las negociaciones se han sucedido prácticamente a diario en formato de videoconferencia a nivel de las dos delegaciones y de grupos de trabajo.
Los puntos más alejados en la negociación entre los dos bandos serían el estatus de Crimea, que Moscú exige ver reconocida como parte de su territorio, y de Donbás, que el Kremlin pretende que alcance la independencia de Ucrania o sea anexionado a Rusia. Con todo, el jefe de la diplomacia ucrania rebajó las expectativas y dijo que, en los puntos mencionados por Erdogan, “no se ha logrado el consenso” con Rusia.
“Garantías de seguridad y neutralidad, estatus no nuclear para nuestro país. Estamos listos para ello”, había dicho Zelenski en una entrevista con varios medios independientes rusos como Meduza o Kommersant emitida este domingo. También aseguró que está dispuesto a un “compromiso” sobre Donbás, la región parcialmente controlada por rebeldes prorrusos desde 2014 y que ahora Moscú ha convertido en objetivo principal de la invasión.
“Entiendo que es imposible forzar a Rusia a liberar el territorio completamente, eso llevaría a la tercera guerra mundial. Por eso digo: es un compromiso. Regresen a [las posiciones] en las que comenzó y nosotros trataremos de resolver el tema de Donbás, el difícil tema de Donbás”, afirmó el líder ucranio: “Quiero terminar esta guerra. No quiero tener cientos de miles de muertos. Así que no me planteo atacar por la fuerza ni en Donbás ni en Crimea. Porque entiendo que muchos miles de los nuestros morirían”.
El cambio de sede de las negociaciones por Turquía, algo que había buscado la parte ucrania dada la implicación cada vez mayor de Bielorrusia en la campaña bélica rusa, se decidió durante el fin de semana tras varias gestiones turcas. Erdogan telefoneó el viernes a Zelenski, y posteriormente certificó que se habían producido “avances” en las posiciones negociadores. El domingo, habló por teléfono con el líder ruso, Vladímir Putin, al que convenció de trasladar las negociaciones a Estambul.
Turquía, pese a ser uno de los miembros más antiguos de la OTAN, es el único país de la Alianza que no ha secundado las sanciones contra Rusia. “No podemos romper los puentes con Moscú, de otra forma, ¿quién hablará con ellos? Nosotros hemos decidido mantener abiertos los canales”, dijo el lunes el portavoz presidencial turco, a la vez que explicó que su país está en permanente contacto con sus socios atlánticos para informarles del avance de la mediación entre Ucrania y Rusia.
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