Las autoridades ucranias han recibido con recelo el alto el fuego de Navidad ordenado por Vladímir Putin. Ningún alto cargo político o militar ha afirmado explícitamente que proseguirán las hostilidades, pero sí que han dejado claro que no acatarán la propuesta rusa: “Hablemos claro, ¿A quién va dirigida esta tregua? ¿A ellos mismos? Ucrania no negociará con Rusia una tregua navideña”, afirmó este jueves en una entrevista televisiva Oleksii Danilov, secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa.
Occidente comparte la desconfianza de Kiev ante la tregua anunciada por Moscú. El presidente de EE UU, Joe Biden, ha considerado que el anuncio es una “trampa”, un “gesto propagandístico” de un Putin que “está tratando de encontrar algo de oxígeno”, mientras que la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha expresado su escepticismo al afirmar que si el líder ruso quisiera la paz, retiraría sus tropas de Ucrania. Los países bálticos han tildado la medida de hipócrita, al igual que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Y el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que una tregua sería bienvenida, pero “no sustituirá una paz justa”.
Otro alto representante de la administración ucrania que se ha expresado de manera contundente ha sido el asesor de la presidencia Mijailo Podoliak, que tildó la iniciativa del Kremlin de “hipócrita”: “Rusia debe abandonar los territorios ocupados. Solo entonces habrá una ‘tregua temporal”.
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“¿Quién puede creerse a una escoria que asesina a niños, bombardea maternidades y tortura a prisioneros? ¿Un alto el fuego? Mentiras e hipocresía”, afirmó Danilov en sus redes sociales, y añadió, beligerante y poético: “Os golpearemos en el silencio cantante de la noche ucrania”. La orden de Putin “es una trampa” para ganar tiempo para rearmar sus posiciones en el frente, según amplió un portavoz del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, al periodista de Time Simon Shuster: “Es un gesto puramente propagandístico, nada más”.
How does a pack of petty kremlin devils relate to a Christian holiday? Who will believe scum that kills children, bombards maternity hospitals, tortures prisoners? A ceasefire? Lies and hypocrisy. We will bite you in the singing silence of the Ukrainian night.
— Oleksiy Danilov (@OleksiyDanilov) January 5, 2023
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Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio del Interior ucranio, también se ha expresado en la misma línea que Podoliak: “Cualquier tregua o alto el fuego es solo posible después de que Rusia haya abandonado por completo el suelo ucranio, incluyendo Crimea. Las negociaciones son solo posibles en las cuestiones de reparación y contribución por el dañado causado a Ucrania, y en las compensaciones por las docenas de miles de vidas perdidas”. Gerashchenko se refería así a la propuesta de paz de 10 puntos que presentó Zelenski el pasado noviembre y que exigía como condición indispensable que las tropas rusas abandonaran Ucrania.
El ministro de Exteriores ucranio, Dmitro Kuleba, ha hecho precisamente mención al plan de Zelenski para rechazar la validez de la tregua de 36 horas decretada por el Kremlin: “Rusia ha ignorado la fórmula de paz de Zelenski y, en cambio, bombardeó Jersón en la Nochebuena y bombardeó masivamente con misiles y drones en Nochevieja. Su alto el fuego unilateral no puede y no debe tomarse en serio”.
El dilema de Kiev
El dilema está servido para las Fuerzas Armadas Ucranias, porque no secundar la iniciativa rusa puede generar descontento entre la opinión pública internacional y las cancillerías de sus países aliados, que son el sustento militar y financiero de Kiev. Así reconocía implícitamente la cuestión Iuliia Mendel, exportavoz del presidente Zelenski, en unos mensajes publicados en Twitter: “¿Qué significa para Ucrania este alto el fuego no creíble? ¿Tenemos que abandonar nuestra lucha, dejar de intentar echar a los rusos de Ucrania? ¿Quedarnos mirando cómo el ejército agresor se queda y se adapta a nuestro país? Por otro lado, está claro que el mundo está haciendo esfuerzos para parar la guerra de Putin en Ucrania. El mundo quiere paz e intenta encontrar vías para ello”. Tanto el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como el secretario general de la ONU, António Guterres, han reactivado sus esfuerzos para abrir una mesa de diálogo a tres bandas.
Igor Novikov, también exasesor de Zelenski, próximo a la administración presidencial, ha admitido en un vídeo compartido en sus redes que si el ejército ucranio mantiene las hostilidades mientras Rusia silencia las armas, sería utilizado por la propaganda del Kremlin para convencer a la opinión pública internacional de que la paz no es posible porque Kiev no la desea. Novikov también está convencido de que se trata de una trampa que Rusia puede utilizar para simular falsos ataques ucranios.
Otra razón esgrimida por Novikov, pero también por opinadores del diario Pravda, es que Putin quiere subrayar que la celebración de la Navidad debe ser, según la tradición ortodoxa, el 7 de enero y no el 25 de diciembre, fecha que cada vez más ucranios quieren celebrar para distanciarse de la cultura rusa. Estos son, según el medio digital Euromaidan Press, todavía una minoría del 30%. Otra crítica que ha suscitado la orden de cese temporal de las acciones militares de Putin es precisamente que no la aplicara durante el 25 de diciembre o durante la Nochevieja, una de las celebraciones más importantes en el mundo eslavo.
Rusia llevó a cabo entre el 31 de diciembre y el 2 de enero múltiples ataque contra Kiev con más de 80 drones bomba y una docena de misiles de crucero. Las Fuerzas Armadas Ucranias respondieron por su parte con uno de los ataques más letales de la guerra, arrasando una base militar rusa en la provincia de Donetsk y provocando la muerte de cerca de un centenar, según el recuento de Moscú, o de 400 soldados, según el ministerio de Defensa ucranio.
Gerashchenko también ha mencionado que detrás de la orden del Kremlin hay una muestra de que el ejército ruso está en horas bajas. “Putin y sus tropas están más débiles. Quieren aprovechar cualquier pausa para frenar la destrucción de soldados y equipos”. Las fuerzas ucranias han conseguido detener en las últimas semanas el asedio a Bajmut, municipio en la provincia de Donetsk que Rusia había marcado como prioridad conquistar. Mendel ha recordado que durante la guerra en la región oriental de Donbás, a partir de los acuerdos de Minsk de 2014 y 2015, se acordaron altos el fuego que, según han recordado ella y otros analistas ucranios, Rusia incumplió sistemáticamente para ganar terreno. Moscú, por su parte, también denunció que las Fuerzas Armadas ucranias vulneraron aquellos pactos para cesar la violencia en el frente.
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