La que hasta el año pasado era la milla de oro de la Navidad en Kiev es hoy un triste témpano en el día en que una posible tregua durante estas fiestas parece cada vez más lejana. En medio de la nieve, no hay rastro de árboles con adornos, guirnaldas de luces, puestecillos o grupos de turistas. Los viandantes van de un lado a otro tratando de no resbalar con el hielo, sin apenas reparar en que en la plaza ante la que se alza la catedral de Santa Sofía latía antaño el espíritu navideño. Pero el corazón de la capital de Ucrania refleja esa especie de luto que este pueblo guarda por la guerra. Solo algunos comercios o restaurantes recuerdan que el 2022 toca a su fin. Pero es el año en que Rusia invadió el país a gran escala en una fecha marcada a fuego: el 24 de febrero.
Ante la posibilidad esbozada sobre un alto el fuego que coincida con las fiestas, un alto mando del ejército local ha dejado claro que los combates mantendrán su curso hasta que el último militar ruso no retire sus botas de Ucrania. “Creo que, por nuestra parte, habrá un completo alto el fuego solamente cuando no queden invasores en nuestro territorio”, dijo este jueves el general de brigada Oleksii Gromov durante un encuentro con periodistas, informan la agencia Reuters y el diario Ukrainska Pravda. Esa fue su respuesta al ser preguntado directamente si era posible que las armas pararan de manera temporal coincidiendo con el cambio de año, una idea que Moscú ya había rechazado.
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“Las fiestas van a llegar y son celebradas por miles de millones de personas en todo el mundo”, comentó desde Kiev el presidente Volodímir Zelenski el lunes durante un encuentro virtual del G-7. “Este es el momento en que la gente normal piensa en la paz, no en la agresión. Ofrezco a Rusia la oportunidad de, al menos, tratar de demostrar que puede abandonar el camino de la agresión. Sería un paso correcto comenzar a retirar las tropas de las fronteras de Ucrania internacionalmente reconocidas esta Navidad”, añadió. Pero la respuesta del Kremlin no tardó en llegar: “Eso está fuera de discusión”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En medio de ese debate, los dos ejércitos siguen tratando de mostrar iniciativa. Los rusos bombardearon este jueves la ciudad de Jersón, en el sur, donde causaron dos muertos, y la ciudad de Járkov, en el noreste. Mientras, las autoridades prorrusas de la ciudad oriental ocupada de Donetsk, denunciaron lo que consideran el mayor ataque desde 2014 sobre esa localidad, del que responsabilizan a tropas ucranias. Pese a todo, no hubo muertos, añadieron las mismas fuentes. En esa misma región de Donetsk, la ciudad de Bajmut, casi íntegramente en manos ucranias, se mantiene como el enclave en el que más intensos son los enfrentamientos entre los dos ejércitos.
Una mujer en una plaza que en años anteriores acogía un gran árbol de Navidad, este jueves en el centro de Kiev.Luis de Vega
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Los ucranios están inmersos estos días en un dilema, explica Oleksii, un veinteañero, en un restaurante céntrico de Kiev discretamente decorado. Por un lado, la época del año les impulsa a vivir la fiesta y adornar su entorno. Por otro, el clima bélico y la necesidad de ahorrar les lleva a mantener un perfil bajo y sin dispendios.
Delante de la catedral de Santa Sofía, dos hombres disfrazados de osos andan a la caza de quien se lleve una foto de recuerdo con ellos a cambio de algo de dinero. Los dos se llaman Serguéi. El más activo, de 27 años, lamenta que apenas haya turistas y visitantes… y los locales no les hacen ni caso en plena guerra. Near, un nepalí empleado de Cruz Roja, cae en sus garras de inmediato. “En Nepal no hay nieve, ¿verdad?”, afirma con más maña que bagaje geográfico el plantígrado de peluche. La respuesta es la sonrisa de quien hace solo una semana que ha llegado a Ucrania desde el país en el que se alza el Everest, la cima del mundo.
Drones, bancos y televisiones: la UE aprueba el noveno paquete de sanciones a Rusia
MARÍA R. SAHUQUILLO (Bruselas)
Los Veintisiete han aprobado el noveno paquete de sanciones sobre Rusia. Las medidas buscan fundamentalmente frenar el acceso de Rusia a cualquier aeronave tripulada a distancia y pretende vetar que se vendan a Moscú. Las nuevas sanciones prohíben también la exportación de componentes y piezas de otros aparatos y elementos (como drones de juguete, equipos de visión nocturna o portátiles) que puedan servir a Moscú para construir los drones militares con los que ataca Ucrania.
El nuevo paquete, que introducirá sanciones a tres bancos, cuatro canales de televisión y otro centenar de personas y entidades, había estado bloqueado durante varias semanas por la oposición de Lituania y Polonia a que se introdujese una referencia explícita en las regulaciones a que el comercio de grano y fertilizantes a países terceros está fuera de cualquier tipo de sanción. Esa medida, que puede permitir que individuos o empresas sancionadas reciban ingresos por ello, la reclamaba un grupo de países para combatir la crisis alimentaria global y la propaganda de Kremlin que culpa a la UE y las sanciones de esta. Varsovia y Vilna han retirado finalmente su oposición y todo el paquete ha salido adelante.
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