El 2022 fue el quinto año más caliente del año, empatando con 2015, y con los niveles más altos de emisiones de dióxido de carbono, reveló la NASA.
Además, los últimos nueve años han sido los más cálidos desde que comenzaron los registros, provocando incendios forestales y sequías más intensos, huracanes más fuertes e incrementos en el nivel del mar, señalaron científicos del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales (GISS, por sus siglas en inglés).
El año pasado se alcanzó una de las temperatura más altas en promedio anual a pesar del tercer año consecutivo de condiciones de La Niña en el Océano Pacífico tropical. Este fenómeno, que forma parte del ciclo natural-global del clima conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), genera temperaturas inusualmente frías junto con cambios en la circulación atmosférica tropical en dicha zona.
Los científicos de la NASA estimaron que la influencia de La Niña puede haber reducido ligeramente las temperaturas globales de lo que habría sido el promedio en condiciones oceánicas más típicas. Sin embargo, el 2022 se siguió colocando como el quinto año más caliente en la historia del clima.
A esto se suma que la región del Ártico continúa experimentando las tendencias de calentamiento más fuertes, cerca de cuatro veces el promedio mundial, según los investigadores.
“Las actividades humanas continúan emitiendo enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera, por lo que los impactos planetarios a largo plazo también continuarán”, dijo Gavin Schmidt, director del GISS.
La NASA también contabilizó las emisiones más altas dióxido de carbono, a pesar de una reducción temporal en 2020 por la pandemia de Covid-19. Igualmente, identificó algunos súper emisores de metano.
Un análisis separado e independiente realizado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) concluyó que la temperatura de la superficie global para 2022 fue la sexta más alta desde 1880.
A su vez, Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), implementado por el Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos a Medio Plazo (ECMWF), concordó este martes en que el año pasado fue el más caliente.
Además, señaló que la concentración media anual mundial de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH 4) fue la más elevada en cientos de miles de millones de años.
Esta situación está generando impactos en el mundo, relacionados con el calentamiento de la atmósfera y el océano. El año pasado trajo lluvias monzónicas torrenciales que devastaron Pakistán y una megasequía persistente en el suroeste de Estados Unidos.
En septiembre, el huracán Ian se convirtió en uno de los huracanes más fuertes y costosos en azotar Estados Unidos. Asimismo, dicho país se vio afectado por una tormenta invernal histórica, que dejó decenas de fallecidos.
A esto, también se sumaron el año pasado las intensas olas de calor en Europa que dejaron varios muertos y provocaron múltiples incendios.
Igualmente, durante el año pasado se vivió un prolongado episodio de ‘La Niña’, que se presentó por primera vez en el siglo XXI por tres años consecutivos (“triple inmersión”), exacerbando las sequías e inundaciones. Desde 1950, sólo ha ocurrido tres veces una triple inmersión, incluida esta última.
Anteriormente, diversas organizaciones y expertos han advertido de los impactos del cambio climático, provocado por el ser humano. A principios de diciembre del 2022, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recalcó que “la humanidad se ha convertido en un arma de extinción masiva”, criticando que las personas están “tratando a la naturaleza como un inodoro”.
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