Al menos tres explosiones afectaron al Ayuntamiento de la capital de Somalia, Mogadiscio, y dejaron este domingo un número indeterminado de muertos, según explicaron testigos e EFE, en un ataque que aún sigue en curso y que ha sido reivindicado por el grupo yihadista Al Shabab.
“Hay muchos cuerpos. Estoy donde las explosiones ocurrieron”, señaló a EFE por teléfono Abdi Farah, un testigo vecino de la zona donde tuvo lugar el ataque, al detallar que pudo ver al menos ocho cuerpos aparentemente sin vida y una decena de personas heridas, mientras se produce un tiroteo en el interior del consistorio.
El ataque, que afectó a la sede del que es el Gobierno de la región de Banadir, cuya demarcación coincide con la de Mogadiscio, se produjo días después de que el Ejército somalí lograra recuperar del control de varias localidades estratégicas en el estado central de Galmudug.
Al Shabab, grupo afiliado desde 2012 a la red Al Qaeda, perpetra a menudo ataques terroristas en Mogadiscio y otros puntos del país para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar por la fuerza un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
El grupo yihadista controla zonas rurales del centro y sur de Somalia, y ataca también a países vecinos como Kenia y Etiopía.
El pasado agosto, el presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud, anunció “una guerra total” contra Al Shabab y, desde entonces, el Ejército ha librado intensas batallas contra los terroristas, en ocasiones con la colaboración militar de Estados Unidos.
En respuesta, el grupo ha lanzado fuertes ataques en los últimos meses, como dos atentados suicidas simultáneos perpetrados el pasado 4 de enero en la ciudad de Mahas, en la región de Hiran, que dejaron 36 muertos; o un ataque con dos coches bomba dirigido contra el Ministerio somalí de Educación en Mogadiscio, que causó la muerte de al menos 120 personas el pasado 29 de octubre.
En su discurso de Año Nuevo, Mohamud afirmó que su país eliminará al grupo en 2023.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.
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