Un brote de coronavirus en una industria cárnica en Alemania deja al menos 650 infectados

El ministro de Trabajo alemán, Hubertus Heil (izquierda), durante una visita a un restaurante en Berlín la semana pasada.
El ministro de Trabajo alemán, Hubertus Heil (izquierda), durante una visita a un restaurante en Berlín la semana pasada.HANNIBAL HANSCHKE / Reuters

Un par de señoras mayores aparcan sus andadores en una elegante cafetería del centro de Hamelín, en el norte de Alemania. Antes de pedir la merienda, como el resto de clientes deben rellenar un formulario con sus datos personales. La idea es que si hay un brote de coronavirus en el local, los dueños puedan contactar con ellas y con el resto de clientes que estuvieron en el momento del contagio en el café, puedan someterse a cuarentena y, si es necesario, hacerse el test de covid-19 aunque no presenten síntomas. Romper la cadena de contagios, por todos los medios posibles, analógicos incluidos, es parte fundamental de la estrategia alemana para evitar la propagación exponencial del virus. La ralentización de los contagios en Alemania ha permitido la reapertura gradual de la vida pública y de las escuelas, sin que de momento se hayan registrado importantes repuntes.

En el Estado de Baja Sajonia, donde se encuentra esta ciudad célebre por su flautista, la hostelería abrió de nuevo el pasado 11 de mayo. Además del uso de formularios, en el mostrador de la cafetería del museo de Hamelín un cartel detalla las medidas que rigen en el establecimiento: las mesas están separadas al menos dos metros de distancia, se anima a reservar por Internet o por teléfono para evitar colas a la entrada, hay un dispensador de desinfectante para los clientes en la puerta y se invita a consultar el menú a través del código pegado en las mesas y que se puede leer con el móvil. Los expertos aconsejan, sin embargo, en Alemania utilizar las terrazas y los establecimientos al aire libre siempre que sea posible, por considerar que el riesgo de infección se reduce considerablemente.

La ley de infecciones es la que regula el reparto de funciones en caso de epidemias como la actual y atribuye a los Estados la facultad de adoptar las medidas necesarias para combatir la infección. Cada land diseña sus medidas, según explica una portavoz del ministerio de Sanidad alemán, que detalla que en el caso de los restaurantes no hay directrices de ámbito nacional. Pero lo cierto es que el uso de formularios en los restaurantes se repite por todo el país y lo que sucede en Hamelín no es ninguna excepción. En 11 Estados es obligatorio y en otros cuatro recomendado.

En un restaurante remoto, en Wildewiese, una pequeña estación de esquí en la vecina Renania del Norte Westfalia, la camarera entrega al cliente un formulario muy parecido para rellenar. Hay que escribir el nombre y apellido, la dirección, el número de teléfono y el de la mesa en el que se sentó el comensal, así como la fecha y la hora de la visita al establecimiento. La empleada explica que guardan todos los impresos durante cuatro semanas y que si hay un brote informan inmediatamente a la oficina de salud del municipio, las encargadas de rastrear las infecciones. Potenciar estas oficinas es uno de los procesos en marcha, ya que según anunció en abril la canciller, Angela Merkel, en todo el país debe haber un mínimo de equipos de cinco personas dedicadas al rastreo por cada 25.000 habitantes.

Este fin de semana ha trascendido un brote en un restaurante en el distrito de Leer, al norte del país. El número de positivos alcanza ya los 14 y ha sido ordenada una cuarentena para 118 personas. Todavía no se han esclarecido claramente las causas de la transmisión y la administración local investiga si se cumplieron las medidas higiénicas. Las primeras pesquisas indican que se trató de una celebración privada y no de visitas ordinarias a un restaurante. Incidentes como este muestran la importancia de tener un registro de comensales que permita localizarles rápidamente.

El número de contagios en Alemania se ha estabilizado en las últimas semanas a la baja. Los datos publicados el lunes por el instituto Robert Koch indican que en las últimas 24 horas se habían producido 289 nuevos contagios por coronavirus y 10 muertes. En total, hay 178.570 personas contagiadas de covid-19 desde el inicio de la epidemia, pero 161.200 ya se han curado. Buena parte de los contagios se han producido en focos localizados en mataderos o en una celebración religiosa durante este fin de semana, en la que se contagiaron más de un centenar de personas.

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