un conocido forense aporta más datos

Ha pasado ya una década desde la muerte Mario Biondo, el que fuera marido de Raquel Sánchez Silva. Un fallecimiento que sigue dando mucho que hablar por las circunstancias en las que todo ocurrió. Versiones contradictorias, nuevas pruebas y la lucha incansable de la familia del italiano por averiguar quién asesinó al cámara, ya que esta teoría es la que han mantenido desde aquel fatídico 13 de mayo. Por un lado, la justicia española dictamina que fue un suicidio, pero en el verano de 2022 y tras años estudiando el caso todo dio un giro de guion inesperado por parte de las autoridades italianas. Las conclusiones del juez de instrucción de Palermo, Nicola Aiello, especificó que Mario no se ahorcó para quitarse la vida, sino que en realidad se fingió ese escenario para ocultar un asesinato.

Mario Biondo y Raquel Sánchez Silva en un evento / Gtres

Mario Biondo y Raquel Sánchez Silva en un evento / Gtres

Esta fatal historia que ha dado la vuelta al mundo ha llevado a Netflix a hacer un documental sobre ello. El pasado 3 de agosto se lanzó Las últimas horas de Mario Biondo, una producción sobre la extraña muerte del cámara que se ha convertido en una de las más polémicas de los últimos tiempos. Tres episodios en los que sacan a la luz información recabada durante dos años. Más de 200 horas de grabación y varias entrevistas.

Mario Biondo Raquel sánchez Silva documental

Mario Biondo y Raquel Sánchez Silva / Netflix

En medio de toda esta vorágine, Lluís Duque, que es un criminalista forense muy reputado en nuestro país se ha colocado en la línea de fuego para dar su opinión sobre este escabroso entramado y sobre la pieza audiovisual que tiene como protagonista al italiano. Según su teoría, se suma a los que opinan que el material de la plataforma estadounidense es un intento por limpiar el nombre de Raquel Sánchez Silva, ya que durante todo este tiempo la presentadora ha sido analizada con lupa por la contradicción de sus versiones y por cómo se comportó tras la muerte de su marido. 

Raquel Sánchez Silva

Raquel Sánchez Silva en un photocall / Gtres

Este martes, 8 de agosto, Lluís Duque, concedía una extensa entrevista en el canal  de Youtube Entrevistas con Axel en la que abordaba varios puntos del citado documental. Uno de ellos, que Biondo no era consumidor habitual de ciertas sustancias como se afirma: «No, rotundamente. La sustancia va a la sangre y después a la orina. En criminalística, el análisis de cabello es vital, porque nos da el tiempo de consumo también. El volumen que había en el caso de Mario era insignificante, según los informes».

El especialista recordaba también los errores que cometió el doctor Paolo Procaccianti en su informe de autopsia -y por los que fue procesado en Italia-: «Yo no soy un descerebrado que va diciendo cosas por ahí. Yo he mostrado las fotografías del cuerpo de Mario Biondo a muchos colegas y no tienen ninguna duda: el surco continuo que hay en la parte posterior del cuello de Mario Biondo es un surco de estrangulación. Es un surco compresivo donde ha quedado comprimida la grasa subcutánea como consecuencia de la fuerza que se ha ejercido sobre la piel. Es una ahorcadura a mano y le entrelazan el cable, porque tiene tres marcas en un lado. La productora, como mucha otra gente, tiene esas fotografías, pero no las han emitido», afirmaba, tajante.

Además, continuaba con su relato indicando que «esas marcas son incompatibles con la pashmina por la propia naturaleza del tejido de la pashmina. Hay que tener presente, y sería otro de los indicios, que la marca de compresión del cuello está por debajo del hueso hioides cuando en los ahorcados, estén suspendidos o tocando el suelo y sea cual sea el útil empleado (cable, pashmina…), está por encima del hueso hioides. En el caso de Mario estaba por debajo o justo en la compresión de la nuez. Esto es incompatible con un ahorcamiento. Aquí nadie le levantó el pelo para observar el surco continuo en la parte posterior del cuello, algo clave en la investigación italiana». Cabe recordar que el cuerpo de Mario fue encontrado en su domicilio de Madrid en pijama, apoyado contra una estantería y ahorcado con un pañuelo.




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