Cientos de personas desafiaron el calor del verano de 41 grados centígrados para ver una treintena de autos y motocicletas correr en una antigua pista de aterrizaje en las afueras de La Habana.
Durante seis décadas, el automovilismo estuvo prohibido en Cuba por ser peligroso o elitista, y fomenta un ambiente de indisciplina social y osadía, incompatible con los valores que la revolución pretendía crear.
Sin embargo, a pesar de la actual falta de combustible o repuestos provocada por la crisis económica y el bloqueo económico de la isla, los pilotos y aficionados luchan ahora por hacer de estas carreras un deporte legal. Sacándolos de la oscuridad de las calles donde prosperaron clandestinamente durante años.
La carrera del domingo fue organizada con todos los permisos requeridos por Amigos del Motor Club en la antigua pista de aterrizaje de la localidad de San Nicolás, a unos 60 kilómetros al sureste de la capital.
Carrera de coches en Cuba