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Un día al año para hacer el bien sin mirar a quién


Nos hemos acostumbrado a añadir en nuestra agenda anual los días internacionales. Algunos están tan anclados en nuestra conciencia que me pregunto si recuerdo algún 8 de marzo que no fuera ya una jornada para reivindicar la dignidad de la mujer. No sé cuántos festivos de esta clase habrá en total, pero no hay causa noble que hoy en día no tenga su fecha marcada en la escena internacional. Este año he descubierto otro Día, así en mayúsculas, del que no tenía conocimiento: el de las Buenas Acciones.

Desde 2007, millones de personas y miles de organizaciones de más de 108 países se reúnen una vez al año, a principios de abril, para cada uno y todos juntos de manera voluntaria hacer “una buena acción”. ¿Quién está detrás de la iniciativa y por qué? Para mi sorpresa descubrí que no se trata de un proyecto internacional respaldado por una Administración pública, como me imaginaba, sino que toda la historia empieza por una persona privada con una idea que implantó de manera local y que ha acabado siendo global.

El origen hay que buscarlo en Israel y en la cabeza de una empresaria y filántropa, Shari Arison, que lanzó en su país el primer Día de las Buenas Acciones en el ya lejano 2007 con solo 7.000 voluntarios. Cuatro años más tarde, en el 2011, se convirtió en un evento internacional en el que participaron 10 ciudades repartidas por el ancho mundo. Con el paso de los años la iniciativa fue creciendo hasta llegar al 2019. En ese año se reunieron casi cuatro millones de voluntarios para “hacer el bien” en 108 países, lo que representó casi ocho millones de horas de trabajo de servicio a los demás.

En palabras de Arison, “si pensamos el bien, hablamos el bien y hacemos el bien, nuestro mundo cambiará a mejor. Todos juntos tenemos la capacidad de conducir el mundo en la buena dirección si cada uno hace el bien de la manera que le parezca mejor y de acuerdo con los deseos de su corazón”.

Si pensamos el bien, hablamos el bien y hacemos el bien, nuestro mundo cambiará a mejor

Shari Arison, creadora del primer Día de las Buenas Acciones

Además de la invitación a actuar en favor de otros, el Día de las Buenas Acciones tiene una dimensión verbal y virtual en Israel. Es el #famingchallenge (el reto de hablar bien) en vez de shaming (hablar mal): es decir, se busca transformar el tono de las conversaciones en las redes sociales. Se pide a los participantes que ensalcen los méritos o las contribuciones de las personas de las que habla en vez de denigrarlas. Todo un reto.

Dos voluntarios que entretienen a un grupo de niños en San José, Costa Rica.Good Deeds

El movimiento global ha calado desde hace años en la comunidad latinoamericana. Panamá, por ejemplo, ha participado en esta última edición por séptimo año consecutivo. Entre las acciones que propone la organización panameña destacan: donar sangre, donar ropa, promover el reciclaje, adoptar un animal, contribuir a la reforestación o limpiar playas, entre otras. En la página Facebook del Día de las Buenas Acciones Latinoamérica hay ya fotos de eventos vividos el pasado tres de abril en Cuba, República Dominicana y Honduras.




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