El pleno del Congreso ha estado esta tarde suspendido durante 10 minutos a raíz de un altercado que ha protagonizado el diputado de Vox José María Sánchez tras llamar “bruja” a la socialista Laura Berja. La presidencia de la Cámara ha exigido a Sánchez que retirase el insulto. Sánchez se ha negado y, después de tres llamadas al orden, ha sido expulsado. Pero el diputado se ha negado a abandonar el hemiciclo. Ante esa situación, el vicepresidente primero del Congreso, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que presidía la sesión en ese momento, la ha suspendido. Tras la pausa y una breve conversación de Gómez de Celis con los portavoces de Vox, Sánchez ha accedido a retractarse, aunque lo ha hecho con la fórmula: “Retiro que le he llamado bruja”.
El incidente se ha producido al comienzo del pleno, durante el debate de una propuesta del PSOE para reformar el Código Penal e incluir como delito el hostigamiento a mujeres que desean abortar. Vox se ha posicionado radicalmente en contra. Su portavoz, Iván Espinosa de los Monteros, ya había anunciado que su grupo combatiría este proyecto porque, según él, pretende proteger a los “centros de destrucción de la vida”. Argumentos parecidos a los que luego ha expuesto ante el pleno la diputada de Vox María Ruiz Solás. Cuando Ruiz Solás estaba recibiendo la réplica de la portavoz de Igualdad del Grupo Socialista, Laura Berja, con una cerrada defensa del derecho al aborto, han comenzado los murmullos en los escaños de la extrema derecha. Según diputados de otros grupos, algunos miembros de Vox mascullaban insultos contra la socialista, hasta que Sánchez, sentado en la última fila del hemiciclo, lo ha dicho en voz alta, perfectamente audible en toda la Cámara: “¡Bruja!”.
La presidencia ha intervenido de inmediato. Por tres veces ha solicitado Gómez de Celis a Sánchez que retirase el insulto, con sucesivas llamadas al orden, y ha acabado por decretar su expulsión. Sánchez ha empezado entonces un peregrinaje escaleras arriba y abajo del hemiciclo. Con su maletín en la mano, parecía dispuesto a salir. Pero primero se ha detenido a hablar con Espinosa de los Monteros, quien le ha hecho gestos para que se quedase. Luego ha subido hasta la propia Mesa y ha intercambiado unas palabras con Gómez de Celís, y al final ha regresado a su escaño y se ha sentado sin la menor intención de cumplir la orden. La presidencia le ha enviado un ujier, que en vano ha tratado de convencerlo. Sánchez ha vuelto a descender para refugiarse en la primera fila de su grupo, sentado junto a Espinosa, Javier Ortega Smith y Macarena Olona.
Gómez de Celis ha suspendido la sesión y se ha acercado a hablar con los dirigentes del grupo de Vox. Nada más reanudarla, ha vuelto a pedir a Sánchez que se retractase y este lo ha hecho con su peculiar forma. Al diputado de la extrema derecha le ha tocado intervenir más tarde, en una iniciativa del PP para reformar la ley del Poder Judicial, y ha sido jaleado por todo su grupo, puesto en pie y unido en una cerrada ovación. Sánchez ha intentado reabrir la cuestión al empezar así: “No sabía que la condición de bruja mereciera a la izquierda…”. No se le ha entendido más porque el presidente le ha cerrado el micrófono.
Varios portavoces han atacado a Sánchez desde la tribuna. Íñigo Errejón, de Más País, ha deplorado “la ira y la soberbia” del representante de Vox y ha dicho a la diputada socialista: “Que un inquisidor te llame ‘bruja’ es un honor, compañera”. “Nosotras”, ha añadido la parlamentaria de ERC Pilar Vallugera, “somos las hijas y las nietas de las brujas que no pudisteis quemar en la hoguera”. A la frase se ha sumado después Sofía Castañón, de Unidas Podemos . Más duro, Joan Baldoví, de Compromís, ha tildado con gran vehemencia al representante de Vox de “grosero” y “maleducado”, ante lo que Sánchez ha vuelto a subir hasta la presidencia para transmitir su queja.
José María Sánchez, juez en excedencia y catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Sevilla, es uno de los diputados de Vox que más choques con otros grupos ha prodigado en los últimos meses. Hace dos semanas, ya fue llamado al orden por el presidente de la Comisión Constitucional, Patxi López, por señalar con el dedo al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y referirse a él como “esto”. También con el PP ha mantenido algunas confrontaciones. Meses atrás, los populares lo tildaron de “machista” tras una intervención en la que desdeñó reiteradamente a la portavoz de ese grupo, Cuca Gamarra. En otra ocasión suscitó las protestas de los populares al referirse a su parlamentaria Ana Belén Vázquez como “esa diputada gallega tan chillona”.
Vox ha difundido después un comunicado en el que califica de “arbitraria y sectaria” la actuación de Gómez de Celis y ha alegado que este mismo podría haber ordenado simplemente que la expresión no constase en el libro de sesiones. El partido de Santiago Abascal asegura que sus diputados también han recibido insultos en otras ocasiones sin que la presidencia de la Cámara reaccionase del mismo modo. La tensión se ha trasladado a los pasillos, donde la segunda portavoz de Vox, Macarena Olona, ha increpado a una reportera de La Sexta que le preguntaba por el incidente.
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