Un equipo con sabor botxero


Ese equipo de ensueño tenía un cierto sabor botxero. Su factótum era un incombustible
Antonio Díaz-Miguel
; manchego, de Ciudad
Real, pero que se licenció como Ingeniero
Industrial en Bilbao, al lado de San
Mamés. Se mantuvo durante 27 años al frente de la selección, siempre parapetado tras unas gafas de lo más fashion, debido a su amor por el diseño.



Junto a
Díaz-Miguel
, rara vez faltó entre 1975 y 1990, el apellido compuesto más famoso de Indautxu; PalomeroLópez-Iturriaga
y su sempiterna barba. El “inocente” de
Juanma
y su 1,96 fue un alero de los de correr a la contra y dejar una bandeja; qué mejor manera de levantar el porcentaje en sus tiros, pensaría. Siempre mantenía la calma y su media sonrisa irónica, incluso con las peores trifulcas entre
Meneghin
y
Rullán
.

Y, por cierto, la puntería no era el fuerte de la época. La memoria nos juega malas pasadas. En la semi, ante los rusos,
Solozabal
o
Jiménez
, entre otros, se hincharon a fallar tiros libres. Incluso, acumularon un increíble 2 de 10 en los últimos compases del partido. Menos mal que no había tiros de tres. Los aleros, francotiradores como
Margall
,
Sibilio
o
Super
Epi
, fallaban desde cuatro metros, que era un tiro habitual.


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