Guillermo Lasso, la semana pasada en Davos.Markus Schreiber (AP)
La salida del secretario Anticorrupción del Gobierno de Guillermo Lasso fue una sorpresa. Ocurrió minutos antes de dejar a los periodistas plantados y una silla vacía en la rueda de prensa que se había convocado en la que su representante, Luis Verdesoto, explicaría detalles de un informe que realizó el organismo en el que plantea siete hipótesis de cómo se configura la corrupción en cuatro empresas estatales de petróleo, telecomunicaciones y energía eléctrica que tocarían a varios funcionarios del Gobierno ecuatoriano.
Uno de ellos es Hernán Luque, quien fue designado por el mismo presidente como su delegado para la administración de EMCO, la coordinadora de las empresas públicas, que dejó el cargo en octubre de 2022. Luque no es un personaje desconocido para Lasso, porque ocupó varios puestos de alto rango en el Banco de Guayaquil, en el que el presidente era el principal accionista.
Los primeros indicios de irregularidades se conocieron el 6 de enero por la publicación de unos audios que revelarían una supuesta red de corrupción en las empresas del Estado que pone en el centro del entramado a Hernán Luque. Pero 14 días después, la Fiscalía abrió una investigación que llamó caso Encuentro, en alusión al slogan que usaba el Gobierno y que ahora lo ha cambiado a solo Gobierno del Ecuador.
En los audios, Luque conversa con Leonardo Cortázar -quien sería el delator de las grabaciones- y admitió en una entrevista al medio digital La Posta que cumple un rol de operador y cabildero de contratos y manejos irregulares de cargos en la empresa estatal eléctrica (Cnel). En una de las filtraciones, se expone una conversación entre ambos sobre cómo manejar la otra empresa pública que se encarga de los fletes de petróleo (Flopec). Luque pide que su parte sean “150.000 dólares mensuales, depositados en una cuenta en Andorra”. El presidente de la República reconoció en una entrevista que la voz corresponde a la de Hernán Luque.
En esos audios también se menciona a Danilo Carrera, cuñado de Lasso, como cabeza de la supuesta trama de corrupción en las empresas públicas, quien ha negado cualquier participación y ha anunciado una demanda contra el periodista que develó la información. “Jamás ha existido, no existe y nunca va a existir en este Gobierno el cargo de cuñado del Presidente de la República”, dijo en cadena nacional el primer mandatario. “Que él asuma sus responsabilidades”, añadió en referencia a su cuñado. “Mi obligación es defender la integridad de mi Gobierno”. Unos días antes, Lasso lo había defendido: “Danilo Carrera es un hombre honorable e intachable”.
Al Gobierno le ha costado mantener una reacción clara respecto al tema. Luque renunció al cargo de gerente de las empresas públicas en octubre de 2022; sin embargo, en diciembre, cuando le consultaron al presidente por qué el funcionario dejó la administración respondió cortante: “La gente renuncia y se quiere ir y quiere cambiar de posición, yo qué puedo hacer”. Sin embargo, en la última intervención del 22 de enero dijo que “salió del gobierno porque no sentía confianza en él”.
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El presidente ordenó al secretario Anticorrupción -designado por el Ejecutivo- investigar la presunta trama de corrupción, pero este renunció minutos antes de exponer el informe, del que el Gobierno ha rechazado las conclusiones. El caso Encuentro ha dejado ocho allanamientos por parte de la Fiscalía del Estado, un sismo de renuncias en 13 empresas públicas, un nuevo frente con la oposición en la Asamblea que conformó una comisión para investigar por su lado el presunto entramado de corrupción y al principal sospechoso, Hernán Luque, con paradero desconocido.
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