Según un estudio reciente elaborado por las Universidades de Liverpool y Maastricht, en colaboración con el King’s College de Londres, las personas bilingües perfeccionan su capacidad de hablar un idioma extranjero tras el consumo de alcohol. Muchos pensarán que esto se debe a la desenvoltura con la que nos comportamos cuando tomamos este tipo de bebidas. Nada más lejos de la realidad. El grupo de científicos responsable de la investigación ha descubierto que el alcohol favorece la pronunciación de una segunda lengua materna. Eso sí, no se trata de una práctica que coseche milagros. Este efecto solo es posible en aquellas personas que ya en el pasado hablaban con soltura varios idiomas.
La cerveza, la bebida más efectiva
El estudio, publicado en el medio especializado Journal of Psychopharmacology, recurrió a una muestra de 50 individuos procedentes de Alemania y que además hablaban un poco de holandés. La mitad de ellos bebieron únicamente agua, mientras que el resto ingirieron el equivalente a dos cervezas, dependiendo de su peso y estatura. En ese mismo instante, los responsables del análisis observaron como la pronunciación y la fluidez mejoraban en aquellos sujetos que habían consumido cerveza.
No obstante, otros aspectos del idioma como el vocabulario, la gramática o las capacidades argumentativas permanecieron intactas en ambos grupos. Al igual que la concepción que todos ellos tuvieron de su habilidad lingüística. «Debemos ser cautelosos acerca de los resultados, aunque uno de los motivos de esa mejora lingüística podría ser por el efecto reductor de la ansiedad que tiene el alcohol», afirma la doctora Jessica Werthmann.
A pesar de los resultados obtenidos, los investigadores advierten que las secuelas solo se obtienen mediante el consumo de dosis bajas de alcohol, ya que una toma excesiva podría provocar el efecto contrario, limitando así todo aquello que hemos aprendido con anterioridad. «Es importante que los jóvenes sepan que cuando beben en exceso podrían ocurrir cambios que tienen un impacto duradero en la memoria y otras funciones cognitivas», señalan los expertos.
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