Ícono del sitio La Neta Neta

Un exótico terrícola llamado Elon Musk

Aunque la dirección a la que apunta Elon Musk está más cerca de la Estación Espacial Internacional que de Hollywood, el sudafricano de 49 años presentó el sábado pasado el programa de comedia Saturday Night Live (SNL). El multimillonario venía de protagonizar varias polémicas relacionadas con la pandemia, desde tildar de “fascistas” las medidas restrictivas de California hasta minimizar los riesgos mortales del coronavirus. “A cualquiera que haya ofendido, solo les quiero decir que reinventé los coches eléctricos y estoy enviando gente a Marte en un cohete, ¿pensaban que además iba a ser un tipo normal y relajado?”, planteó con gracia en uno de los monólogos más vistos —de lejos— de la temporada.

El hombre que unos tildan de genio y otros de loco, unos de héroe y otros de villano, unos de demócrata y otros de republicano, se excusó por lanzar dardos controvertidos argumentando que así funciona su cerebro. Enseguida, afirmó que era el primer anfitrión del exitoso espacio televisivo con síndrome de Asperger. “O al menos el primero en reconocerlo”, apuntó erróneamente, ya que el primero fue el comediante Dan Aykroyd. Además de los millones de espectadores habituales del programa, los inversionistas del mercado de las criptomonedas también siguieron atentos su participación. Por eso, cuando dijo en un sketch que el dogecoin era un “timo”, el valor de la divisa virtual se derrumbó en un 40%.

Más información

En realidad Musk estaba solo calentando motores en el programa. Esta semana el fundador y consejero delegado de Tesla informó que la compañía dejará de aceptar el bitcoin como forma de pago debido a su impacto medioambiental. Tras el anuncio, la criptomoneda de mayor operación en el mundo cayó un 12% lo que, paradójicamente, también afecta al multimillonario, que ha invertido millones en bitcoins. En la víspera, el ingeniero había preguntado en Twitter si su empresa de vehículos eléctricos debía aceptar dogecoin. Solo la encuesta disparó el valor de la divisa virtual, borrando las pérdidas causadas tras la emisión de SNL. Por algo lo llaman el príncipe de internet. Aunque él se autodefine como el emperador de Marte.

Elon Musk, en su monólogo de anfitrión de ‘Saturday Night Live’, el 8 de mayo de 2021.GEtty

El multimillonario ha sido inmune a la crisis económica provocada por la pandemia. En el listado de Forbes, publicado en abril, Musk saltó del puesto 31 al segundo en solo un año. La fortuna amasada por el emprendedor que aprendió a programar por sí mismo a los 10 años en Pretoria alcanza los 145.000 millones de dólares (120.000 millones de euros), lo que lo sitúa en la nuca de Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon. A pesar de la drástica disminución de las ventas de automóviles, el valor de las acciones de Tesla se incrementó en más de un 700% en 2020. El cofundador de Paypal y consejero delegado de SpaceX también tiene una faceta de filántropo. Es una de las cabezas de la Fundación X Prize, dedicada a la educación científica y al desarrollo de las energías limpias, y fue uno de los primeros en sumarse a la iniciativa The Giving Pledge para donar en vida más de la mitad de la fortuna personal.

A pesar de que la cantidad de horas que dedica al trabajo —hasta 120 semanales en su peor momento, incluidas 24 en su cumpleaños, según dijo a The New York Times—, Musk también encuentra tiempo para su vida personal. Se ha casado tres veces (dos de ellas con la actriz Talulah Riley), y tiene seis hijos. El menor, X Æ A-Xii, acaba de cumplir un año. El pequeño es fruto de su relación actual con la cantante y artista visual Grimes, con quien se mostró públicamente por primera vez en la gala del Met de 2018. En mayo del año pasado Musk tuiteó: “Voy a vender todas mis posesiones físicas. No tendré casa”. Y agregó: “Mi novia Grimes está cabreada conmigo”. El visionario cumplió su promesa en enero. Ahora la familia vive en Texas, donde se encuentra la compañía SpaceX. Cuando anunció la mudanza, Musk publicó una foto con una leyenda que decía: “Creando la ciudad de Starbase, Texas. De allí a Marte, y de ahí a las estrellas”.

No descarta que la humanidad esté en un laboratorio vigilado por extraterrestres y afirma que en menos de cinco años las máquinas serán mucho más inteligentes que los seres humanos debido a la inteligencia artificial. Mientras persigue la idea de establecer una colonia en Marte, también trabaja en Neuralink, una empresa que promete conectar el cerebro con un ordenador e internet. Un proyecto que tiene en el horizonte, por ahora sin ninguna evidencia que lo justifique, restaurar la capacidad de caminar, oír, hablar o ver. Las propuestas vienen del dueño de la empresa que puso a dos astronautas en órbita, pero también el que una vez dijo: “Tiendo a morder más de lo que puedo masticar y luego simplemente a sentarme allí con las mejillas de ardilla”.


Source link
Salir de la versión móvil