En la actualidad, existen multitud de teorías acerca de cómo será el fin del mundo. Algunos científicos sostienen que tendrá lugar por el impacto de un asteroide en la Tierra, mientras que otros defienden que la vida en nuestro planeta se acabará por el agotamiento de los recursos insustituibles, como el agua. Ahora, Cristian Giuppone, un astrónomo argentino, afirma que será la explosión del Sol la que pondrá punto y final a la existencia de la Tierra.
¿Puede explotar el Sol?
Cabe señalar que a aproximadamente 12.000 años luz de la Tierra se produjo un fenómeno muy parecido al que sucederá con el Sol en el futuro, según la hipótesis de Cristian Giuppone. La revista ‘Nature’ señala que una estrella «devoró» un planeta con un tamaño similar al de Júpiter. Aunque pueda resultar muy llamativo, en realidad es un fenómeno que se produce en el Universo con cierta frecuencia.
Se da cuando una estrella, después de millones de años creciendo, se hace tan grande que termina «devorando» los planetas que orbitan alrededor de él. El astrónomo argentino explica que esto ocurre cuando los planetas orbitan alrededor del Sol durante «cortos» periodos de tiempo, para finalmente ser absorbidos y terminar desapareciendo.
Pero, ¿cuándo tendrá lugar esta absorción? No será a corto plazo, sino dentro de unos 5.000 millones de años. El Sol «devorará» no solo la Tierra, sino también otros planetas del Sistema Solar, como Mercurio, Venus o Marte.
Una cifra que encaja con el ciclo vital de nuestro planeta. Con base en la información aportada por estudios recientes, la Tierra se encuentra en el ecuador de su vida. Independientemente de cuándo tenga lugar, lo que parece que está claro es que el Sol terminará absorbiendo la Tierra y nuestro planeta desaparecerá para siempre.
La mancha que preocupa a los científicos
Por otro lado, la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos están monitorizando en tiempo real una mancha que ha aparecido en el Sol. Se trata de una mancha gigantesca, que cuadriplica el tamaño de la Tierra y que ha sido bautizada con el nombre AR3310.
Hay un 20% de posibilidades de que emita una llamarada de clase X, la más alta en la escala. Una de las principales preocupaciones es que la llamarada pueda provocar interrupciones de las comunicaciones por satélite. También puede causar apagones de radio de alta frecuencia, lo que afectaría a los sistemas de comunicación de los servicios de emergencia.
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