Tras la muerte de la jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg, varias vigilias se llevaron a cabo en su memoria la tarde del sábado en Los Ángeles, una de ellas en la ciudad de Santa Ana.
Fue un emotivo evento en donde se recordó el legado de la jueza y la gran pérdida que significa para la democracia de este país.
“En un gesto simbólico de lo que podría suceder si no se protege el legado de la jueza Ginsburg y no se respetan sus deseos de lecho de muerte, los participantes se vestirán con túnicas de sirvienta”, dijeron en un comunicado los grupos que planearon la vigilia.
Las túnicas rojas y capotas blancas que usaron los participantes fueron popularizadas por la serie de televisión basada en el libro del mismo nombre, “The Handmaid’s Tale”, un cuento sobre un futuro distópico en donde las mujeres se vuelven propiedad del estado.
Con frases emotivas y desde las escalinatas del edificio de la corte federal en la ciudad, un grupo de personas y líderes comunitarios llevaron a cabo una vigilia en honor a un ícono de la igualdad y defensa de los derechos de la mujer.
“Es una heroína para todas las mujeres y para todos los que quieren que la democracia siga adelante”, dijo la activista Karen Hernández. “Su legado es muy grande y todo lo que ha hecho para las mujeres y los hombres como juez y todas sus decisiones es una gran cosa”.
La concentración se produjo luego de conocerse su muerte.
Ginsburg nació en 1933 en Brooklyn, Nueva York, de padres judíos y fue la segunda mujer en convertirse en jueza de la Corte Suprema de Justicia, tras haber sido nombrada en 1993 por el presidente Bill Clinton, dejando un gran legado en su trayectoria como magistrada.
Incansable luchadora de los temas sociales, Ginsburg les brindó su voto y su respaldo al derecho al aborto, matrimonios entre personas del mismo sexo, la inmigración, los cuidados médicos y acción afirmativa. Su fallecimiento ahora preocupa a quienes defienden los derechos de los inmigrantes.
Por sus acciones y determinación era considerada como una celebridad por los progresistas de este país. Tras su muerte es incierto el futuro de la Corte Suprema, aseguraron algunos activistas.
Juliana Monsalve
“Tan solo esta semana el TPS (estatus de protección temporal) fue eliminado para muchos inmigrantes y hoy hubo una marcha en protesta de estas acciones”, dijo Lulu Hammad, una activista. “Vamos a ver muchas de las cosas en retroceso, como el tema de la salud y muchos derechos de los que hoy gozamos”.
Ginsburg tenía 87 años. El cáncer de páncreas acabó con su vida, pero su legado que ha dejado permanecerá para la eternidad.
El presidente Trump podría nombrar a una mujer para remplazar a la jueza Ginsburg.