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No se sabe si estaba más necesitado el Alavés o el Barça. Y, ante la duda, el partido parecía abocado al 0-0 cuando los azulgrana se encontraron con una jugada tan sorprendente y afortunada que tardaron en celebrar el gol de Frenkie de Jong. Ningún jugador local ni forastero se acababa de creer el 0-1 en el 87. El resultado compromete al Alavés, que no gana desde noviembre y no sale del descenso, mientras que el fútbol delata al Barcelona, sin juego ni ánimo, a un punto todavía de la zona Champions y eliminado en una semana de la Copa y la Supercopa. No logran cuadrar un buen partido los azulgrana, aliviados de todas maneras por la victoria, la tercera en campo ajeno, después de las de Villarreal y Mallorca.
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Pacheco, Martín Aguirregabiria, Laguardia, Javi López, Lejeune, Luis Rioja (Edgar Méndez, min. 89), Pina (Toni Moya, min. 87), Jason, Escalante, Pere Pons (Miguel De La Fuente, min. 71) y Joselu
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Ter Stegen, Ronald Araújo, Sergiño Dest, Piqué, Alba, Pedri (Clement Lenglet, min. 89), Busquets, Frenkie De Jong, Luuk de Jong (Ferrán Jutglà, min. 83), Ferrán Torres y Abdessamad Ezzalzouli (Nico González, min. 70)
Goles 0-1 min. 86: Frenkie De Jong.
Árbitro Jorge Figueroa Vázquez
Aunque el Alavés no es el Athletic, en Mendizorroza se anunciaba para el Barça un guion de partido parecido al de San Mamés y no se sabe si por miedo o desconfianza los muchachos de Xavi pisaron la cancha con mucha prudencia, caminaron a cámara lenta, tan lejos de Ter Stegen como de Pacheco. La cautela barcelonista sorprendió incluso al equipo de Mendilibar, habitualmente intenso y directo, más pausado que de costumbre ante el Barça. El Alavés, a fin de cuentas, se sabe fuerte en las jugadas a balón parado que tanto atormentan al Barça y los azulgrana parecían tener más miedo al partido que al adversario menos goleador de la Liga (16) después de encajar seis tantos en los dos últimos encuentros ante el Athletic y el Real Madrid.
Las penurias ofensivas del Alavés propiciaron seguramente que Xavi recuperara a Dest como lateral derecho e insistiera en el izquierdo con Alba. El nudo del choque giraba en cualquier caso alrededor de Busquets. La fidelidad del entrenador con el capitán es inquebrantable y los técnicos contrarios se aplican en presionar al discutido mediocentro del Barça. La salida de balón del área azulgrana volvió a ser lenta porque nadie se asociaba con Busquets, tampoco había finura en la línea de pase y a los delanteros les faltaba dinamismo y profundidad para alcanzar el área de Pacheco. La posesión era inocua, el control del partido resultaba estéril por más bien puestos que estuvieran los futbolistas y el único rematador que aparecía era Luuk de Jong.
El Barcelona echaba en falta a Ansu, Dembélé y Memphis porque Ferran no entraba en juego y Abde no paraba de perder la pelota por más que intercambiara su posición ante los laterales del Alavés. El partido se fue apagando poco a poco para el Barça. A la media hora solo se contaban dos remates, ambos fuera del marco de Pacheco, igual de inédito que Ter Stegen. Ni un tiro, ni un regate ni una jugada de mérito en un encuentro muy plano y cada vez más apagado, siempre pendiente de la estrategia: el Alavés buscaba una falta y el Barça un saque de esquina; los cabezazos con y sin balón se sucedían en Mendizorroza. El Alavés aguardaba pacientemente un error del Barça. Acostumbra a llegar en cada partido, también en Mendizorroza.
Alba dobló mal a Ferran en la última acción antes del descanso, al delantero le rebanaron la pelota y en la transición Luis Rioja habilitó a Pere Pons. El volante catalán remató flojo a las manos de Ter Stegen. La jugada despabiló a los azulgrana a la salida del vestuario, y pasaron de no jugar a atacar mal y replegar peor para suerte de las transiciones del Alavés. Alrededor de Pedri, agigantado pese a acabar reventado en Bilbao, los barcelonistas agitaron la contienda y alcanzaron posiciones de disparo ante Pacheco. No duró mucho porque los azulgrana no tenían tino ni contundencia y el Alavés se sentía fuerte en la contra y las segundas jugadas, y agresivos en los centros y faltas frente a Ter Stegen.
Un cambio de dibujo
Xavi empezó a mover el banquillo y dispuso un 3-4-3 sin Abde y con Nico. También se animó el Alavés, mejorado con el cambio ofensivo de De la Fuente, más afilado desde entonces que el Barcelona. Joselu no acertó en un cabezazo franco, suerte que domina como ningún delantero, después de que Luuk de Jong no hubiera embocado un balón que se paseó por delante de Pacheco. El aturdimiento barcelonista duró hasta el último tramo cuando ya se renegaba sobre los veteranos y Alba filtró un pase para el desmarque de Ferran y su centro fue empujado a la red por Frenkie de Jong.
La jugada, episódica en un campo helado, no redimió a los barcelonistas, faltos de fútbol y de deseo al inicio y venturosos al final, redimidos por el gol de Frenkie de Jong. A falta de liderazgo, sin que nadie marcara la diferencia, el neerlandés se activó y corrigió un partido difícil de digerir, sobre todo en la primera parte, tan reprobable que difícilmente se olvidará con el 0-1. Todos los partidos se juegan a cara y cruz y salió cara en Mendizorroza.
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