Esta es una de las historias más curiosas, y hasta cierto punto divertida, que nos ha dejado la noche de Fin de Año. Un hombre de 72 años quiso darse un gran homenaje para decir adiós al 2019. Para ello acudió a un restaurante de Pontevedra. Claro que a la hora de pagar la cenar de Nochevieja surgieron los problemas.
El hombre cenó langostinos cocidos, centolla, chuleta de ternera y tarta de Santiago de postre. Todo acompañado de un buen vino. Este fue el menú que pidió para cenar en Nochevieja, cuyo precio final ascendía a 41,70 euros.
Cuando terminó de cenar, el hombre quiso abandonar el restaurante sin pagar la cena de Nochevieja. Como resulta lógico, el personal se percató de lo que quería hacer y le reprocharon su actitud. Fue entonces cuando el hombre entró en acción y decidió que lo mejor para no tener que pagar la cena de Nochevieja era simular que estaba borracho.
Una actuación «brillante», en la que incluso llegó a tirarse al suelo, llamando así la atención del resto de comensales.
El propietario del restaurante decidió llamar a la Policía Local. En cuestión de minutos varios agentes llegaron al establecimiento, donde identificaron al hombre, natural de Santiago de Compostela. Aseguró que había llegado a Pontevedra en tren, aunque algunos testigos afirmaron que le habían visto bajarse de un taxi en la puerta del restaurante.
Cuando se relajó, el hombre les comentó a los agentes que no se acordaba de haber cenado nada en el establecimiento.
Seguro que es una anécdota que tanto el personal como el propietario del establecimiento tardan tiempo en olvidar. ¿Pagaría finalmente el hombre la cuenta?
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