El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid ha decidido este lunes condenar a Volkswagen a abonar 3.000 euros a cada afectado por la instalación de un programa informático que falseaba las emisiones de gases contaminantes de sus motores —el denominado dieselgate—. El fabricante alemán de vehículos deberá desembolsar ese dinero a los integrantes de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la entidad que denunció los hechos ante los tribunales. La sentencia les da la razón en que se produjo “práctica comercial desleal”. En total, la factura para la firma germana superaría los 16 millones de euros en concepto de indemnización por los daños y perjuicios, dado que son más de 5.000 los consumidores afectados de dicha organización, aunque la sentencia todavía no es firme. Fuentes de Volkswagen apuntan que el caso se encuentra solo en primera instancia, y anuncian que recurrirán la decisión.
Cinco años después de que saliera a la luz el uso fraudulento de dispositivos para ocultar las emisiones contaminantes, la compañía sigue enfangada en procesos judiciales sobre su responsabilidad. Según ha señalado la OCU en un comunicado, Volkswagen se mostró reacia a aceptar un acuerdo negociado en los dos intentos de conciliación que llevó a cabo, a diferencia de lo sucedido en otros países. Según la versión de la asociación, Volkswagen no aceptó sus propuestas de indemnización “ni efectuó ninguna oferta de compensación, rechazando la propia existencia de su actuación ilícita y del daño causado a los consumidores afectados, mientras negociaba acuerdos en países como Alemania donde se aceptaba la culpa y se asumía un compromiso de compensación”.
En 2016, la compañía ofreció a los consumidores realizar un arreglo en sus vehículos para solucionar el problema de las emisiones. Millones de ellos clientes en todo el mundo aceptaron esa medida, pero otros se decantaron por acudir a los jueces para exigir una compensación económica, como es el caso de los miembros de la OCU. “El escándalo dieselgate no acabará hasta que todos los consumidores europeos hayan sido compensados”, ha dicho este lunes la entidad. La OCU se ha mostrado dispuesta a asesorar a los afectados en la reparación “mediante la modificación, de manera gratuita, del software instalado o cambio de hardware si fuera preciso, tal y como indica la resolución judicial”.
En caso de que la sentencia sea firme, esta no será la primera vez que Volkswagen se rasque el bolsillo para indemnizar a los afectados del dieselgate. En abril del año pasado, la empresa llegó a un acuerdo para indemnizar con un total de 620 millones de euros a 200.000 clientes alemanes que adquirieron vehículos afectados, a los que desembolsó entre 1.350 y 6.250 euros. Y antes, en 2016, ya hizo lo propio con los clientes estadounidenses, a los que pagó unos 5.000 dólares para evitar ir a juicio (10.000 millones en total). La factura no se quedó ahí, dado que las demandas de los Estados, los regulares ambientales y distribuidores elevaron el coste del escándalo por encima de 25.000 millones de dólares en EE UU.
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