La Justicia de Estados Unidos ha condenado a un miembro de la célula del Estado Islámico conocida por el sobrenombre de los Beatles por su papel en el secuestro y decapitación de ciudadanos estadounidenses en Siria e Irak, entre 2012 y 2015. A esta unidad especialmente brutal del grupo terrorista se le atribuye la muerte de los periodistas James Foley y Steven Sotloff; de los cooperantes Peter Kassig y Kayla Mueller, así como del periodista español Marc Marginedas, que ha testificado en el juicio como testigo.
El Shafee Elsheikh, un exciudadano británico de 33 años, ha sido hallado culpable de cuatro delitos relacionados con la trama para el secuestro y otros tantos de conspiración para el asesinato de estos ciudadanos tras un juicio de dos semanas celebrado en Alexandria (Virginia). Foley, Sotloff y Kassig fueron decapitados mientras los terroristas les grababan en vídeo. Mueller, trabajadora humanitaria, fue violada y esclavizada por el líder del Estado Islámico, Abubaker al Bagdadi. Tras 18 años de cautiverio, fue asesinada, su cuerpo nunca fue recuperado. Con el nombre de Kayla fue bautizada la operación militar que llevó a la ejecución de Al Bagdadi en 2019 por Estados Unidos.
Durante el juicio, decenas de víctimas que lograron la libertad han relatado el calvario de torturas y humillaciones al que fueron sometidos. También los familiares de las víctimas han tomado la palabra. La defensa alegó que Elsheikh era un miembro del Estado Islámico, pero no de la célula ejecutora de los cuatro ciudadanos estadounidenses. La Fiscalía no lo implica directamente en la muerte.
Los apodaron los Beatles por el acento británico con el que hablaban. Estaba formada por entre tres y cuatro jóvenes radicalizados en Reino Unido. Además de Marginedas, periodista de El Periódico, también fueron secuestrados Javier Espinosa, de El Mundo, y Ricard García Vilanova, un fotoperiodista que ha colaborado, entre otros medios, con EL PAÍS.
Elsheikh, nacido en Sudán y criado en Londres, perdió la nacionalidad británica en 2018. Los delitos por los que ha sido condenado podrían acarrearle la pena de muerte, si bien fuentes de la Fiscalía han avanzado a las autoridades británicas que no pedirán el máximo castigo, según informa la agencia Reuters. Sí se enfrenta a la cadena perpetua. Fue capturado en Siria en 2018 junto a otro secuaz de la célula, Alexanda Kotey. Este, de 38 años, se declaró culpable de los cargos el pasado septiembre y aguarda sentencia.
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