Prácticamente a diario conocemos historias en las que la realidad supera a la ficción, pero lo que ha sucedido esta semana en Alemania ha sorprendido a todo el mundo. Los hechos han tenido lugar en Waldbröl, una localidad situada al oeste del país. Un narcotraficante se durmió con el teléfono móvil en la mano, con la «mala suerte» de que llamó sin querer a la policía. Los agentes se extrañaron después de recibir varias llamadas en las que únicamente se oían los ronquitos de un hombre.
Finalmente, enviaron una patrulla al domicilio para comprobar que todo estaba bien. Cuando llegaron, llamaron a la puerta y un hombre les abrió, muy sorprendido de que los agentes de policía estuvieran en su casa.
La actitud del hombre que les abrió la puerta era muy sospechosa y, además, había un fuerte olor a marihuana, así que procedieron al registro de la vivienda. Los agentes hallaron varias pastillas de éxtasis, balanzas finas, cannabis, grandes cantidades de cocaína y anfetamina y mucho dinero en efectivo.
El hombre y otro residente en la vivienda acabaron detenidos, aunque ambos se quejaban de que ninguno había llamado a la policía. Sin embargo, los agentes mostraron que había varias llamadas desde el domicilio en el historial: el narcotraficante se había dormido con el teléfono en la mano y había llamdo sin querer a la policía.
Ambos continúan detenidos de forma provisional mientras la policía continúa con la investigación. «No es una cantidad pequeña. Se sospecha que ambos hombres traficaban», explica el agente al cargo del caso.
Waldbröl es un municipio de unos 19.000 habitantes situado en la región de Colonia. Seguro que los vecinos de los detenidos tardan mucho tiempo en olvidar lo ocurrido.
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