Un niño falleció cada 4.4 segundos durante 2021, mientras que cada 16 segundos nació un bebé muerto, reveló un estudio de la ONU, que también advirtió que muchos de estos decesos se podrían haber evitado.
De acuerdo con el Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil (UN IGME), alrededor de 5 millones de infantes murieron antes de cumplir cinco años y otros 2.1 millones de niños, niñas y jóvenes de entre 5 y 24 años perdieron la vida en 2021.
El organismo de la ONU también descubrió que 1.9 millones de bebés nacieron muertos durante el mismo período. Sin embargo, muchas de estas muertes podrían haberse evitado con una atención oportuna y equitativa a servicios de salud durante la maternidad, el periodo neonatal, la etapa infantil y en la adolescencia.
Además, este sector se enfrenta a oportunidades de supervivencia muy diferentes según el lugar donde nacieron. Por ejemplo, África subsahariana concentró 56% de todos los decesos de menores de 5 años durante 2021, mientras que Asia sumó el 26%. Así, el riesgo para estas regiones es 15 veces mayor que para Europa y América del Norte.
Un escenario similar ocurre para los mortinatos, ya que África subsahariana y el sur de Asia concentraron el 77%. Por lo tanto, el riesgo de que una mujer tenga un bebé muerto en estas zonas siete veces más probable que en Europa y América del Norte.
En general, el informe reveló un menor riesgo de muerte infantil en todas las edades a nivel mundial desde el año 2000, gracias al fortalecimiento de los sistemas de salud primaria
Así, la tasa mundial de mortalidad de menores de cinco años se redujo en un 50% desde dicha fecha. Para los infantes y jóvenes mayores de 5 años, la mortalidad disminuyó un 36%, mientras que la mortinatalidad bajó 35%.
A pesar de ello, los progresos no son suficientes, ya que por lo menos 54 países no alcanzarán la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la mortalidad de menores de cinco años si continúa esta tendencia, lamentó la ONU.
El Grupo señaló que, de no tomarse medidas rápidas para mejorar los servicios de salud, casi 59 millones de niños y jóvenes perderán la vida antes de 2030, y casi 16 millones de bebés fallecerán al nacer.
La ONU explicó que la mayoría de los fallecimientos de infantes ocurren dentro de los primeros cinco años. De estos, la mitad suceden en el primer mes de vida. Para estos bebés, el parto prematuro y las complicaciones durante el parto son las principales causas de muerte.
Del mismo modo, más del 40% de los mortinatos ocurren durante el parto, la mayoría de los cuales se pueden prevenir cuando las mujeres tienen acceso a una atención de calidad durante el embarazo y el parto, reiteró el grupo.
Para los niños que sobreviven más allá de los primeros 28 días, las enfermedades infecciosas como la neumonía, la diarrea y la malaria representan la mayor amenaza.
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