Un ‘noir’ nórdico demasiado real

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Ya hace años que la popularidad del noir nórdico dio el salto de la literatura al cine y la televisión. El género sigue en plena forma en pantalla. Ha logrado, por ejemplo, que una producción como la islandesa Atrapados genere una inédita expectación entre los espectadores de todo el mundo, que esperan que la tercera temporada de la serie, recién estrenada en la cadena RÚV, llegue a sus respectivos países.

A medio camino entre este fenómeno en la ficción y la moda por el true crime que ha impulsado al formato del podcast se encuentra la miniserie documental Scandinavian Star, que forma parte del catálogo de Filmin.

A lo largo de seis capítulos de 60 minutos cada uno, la prestigiosa documentalista Mikala Krogh y el guionista Nikolaj Scherfig (Bron/Broen – El puente) repasan uno de los mayores crímenes sin resolver en la historia de Escandinavia. El catastrófico incendio ocurrido en el ferri Scandinavian Star en abril de 1990, mientras navegaba desde Oslo (Noruega) a Frederikshavn (Dinamarca), se saldó con 159 muertes. Las investigaciones apuntaron desde el principio a un pirómano, Erik Mørk Andersen, pero, descartada su culpabilidad, muchas preguntas siguen sin respuesta tres décadas después. De hecho, fueron varios incendios ocurridos de forma independiente en distintas partes de la gigantesca embarcación que comenzó a navegar por el norte de Europa rodeada de irregularidades en sus protocolos de seguridad.

Un opaco entramado empresarial que involucra a la compañía de seguros y el extraño comportamiento del capitán, que abandonó el barco junto a su tripulación antes de evacuar a todos los pasajeros, siguen abriendo interrogantes en torno a heridas que no se cierran.

Scandinavian Star, la serie, navega entre dos aguas. A pesar de sus formas propias del suspense, el relato comienza enfocándose en el lado humano de este misterio sin resolver. Arranca con el viaje de una pareja de recién casados, el trayecto que llevará a una joven familia a celebrar un bautizo con sus seres queridos y la ilusión rota de un grupo de jóvenes deportistas en la que es su primera aventura sin sus padres. Los testimonios de algunos de los supervivientes y familiares de las víctimas monopolizan los primeros dos episodios, para compartir protagonismo a partir de ese momento con aquellos que han formado parte de las múltiples líneas de investigación que se han iniciado durante todos estos años. Las hipótesis y argumentos de los expertos y la astuta forma que tiene el guion de racionar la información aceleran el pulso narrativo hasta llegar a recursos propios de la ficción, como un efectivo cliffhanger que llega justo antes del capítulo final.

Interior del barco tras el incendio en el que fallecieron 159 personas.
Interior del barco tras el incendio en el que fallecieron 159 personas.Filmin

Es el abuso de la entrevista a cámara el que lastra el ritmo del extenso relato, de casi seis horas de duración, llenándolo de cabezas parlantes que, aun aportando la emoción y humanidad necesaria para despertar la empatía del espectador, rompen con la intriga construida a partir de las imágenes de archivo y las reconstrucciones visuales de lo ocurrido aquella noche.

De lo que sí se empapa Scandinavian Star es de un paisaje emocional sombrío propio del noir nórdico ante la permanente sensación de desamparo por el desinterés manifiesto de las autoridades a la hora de investigar al entramado empresarial que conecta con las llamas del barco. Solo que, en este caso, no se trata de la fabulación de un escritor sino de la vida real de decenas de familias.

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