Un nuevo estudio del Instituto Karolinska de Suecia desvela la alarmante relación entre la vitamina C y la metástasis

La vitamina C es un nutriente esencial para el organismo, ya que participa en numerosas funciones biológicas, como la síntesis de colágeno, la cicatrización de heridas, el sistema inmunitario o la absorción de hierro. Sin embargo, un exceso de vitamina C puede tener efectos adversos, especialmente en personas con cáncer. Así lo ha revelado un nuevo estudio del Instituto Karolinska de Suecia que ha explicado la alarmante relación entre la vitamina C y la metástasis.

La alarmante relación entre la vitamina C y la metástasis.

Un estudio reciente del Instituto Karolinska de Suecia ha revelado que los suplementos de vitamina C y otros antioxidantes favorecen el crecimiento y la propagación de los tumores de cáncer de pulmón, al estimular la formación de nuevos vasos sanguíneos en las células cancerígenas. Estos vasos sanguíneos nutren a los tumores y facilitan su diseminación por el organismo, lo que se conoce como metástasis.

El estudio, publicado en la revista The Journal of Clinical Investigation, explicaría como algunos suplementos alimentarios que contienen antioxidantes podrían ser artífices del  crecimiento del tumor y la metástasis.

El hallazgo es sorprendente, ya que se pensaba que los antioxidantes tenían un efecto protector contra el cáncer, al neutralizar los radicales libres de oxígeno que pueden dañar el ADN y provocar mutaciones. Sin embargo, los investigadores han descubierto que los antioxidantes activan una proteína llamada BACH1, que regula la expresión de varios genes implicados en la angiogénesis, es decir, la formación de nuevos vasos sanguíneos.

Los autores del estudio han comprobado este mecanismo tanto en células humanas como en ratones con cáncer de pulmón. Al administrarles altas dosis de vitamina C por vía intravenosa, observaron que los tumores aumentaban su tamaño y su vascularización, lo que se traducía en una mayor mortalidad. En cambio, al inhibir la proteína BACH1 con un fármaco experimental, se reducía el efecto proangiogénico de los antioxidantes y se frenaba el avance del cáncer.

El estudio confirma los resultados de investigaciones anteriores que ya habían sugerido que los suplementos de vitamina C y otros antioxidantes podían acelerar el cáncer al generar peróxido de hidrógeno, un compuesto oxidante que daña las células sanas y favorece a las cancerosas. Estos hallazgos contradicen la hipótesis planteada en los años 70 por los científicos Pauling y Cameron, que afirmaban que las infusiones intravenosas de vitamina C podían prolongar la vida de los pacientes con cáncer avanzado.

Los expertos advierten que el peligro no reside en los alimentos ricos en vitamina C, como las frutas y las verduras, sino en los suplementos dietéticos que contienen dosis muy superiores a las recomendadas. Estos suplementos son muy populares entre la población, pero su consumo no está justificado ni regulado. Según un estudio de la Fundación MAPFRE, hasta un 75% de los españoles toma algún suplemento alimenticio y la mayoría lo hace sin prescripción médica.

Los investigadores recomiendan a las personas con cáncer o con alto riesgo de padecerlo que eviten tomar suplementos de vitamina C y otros antioxidantes sin consultar con su médico. Asimismo, sugieren que se evalúe el estado nutricional de estos pacientes y se les proporcione una dieta equilibrada y personalizada. Por último, proponen seguir investigando sobre el papel de la proteína BACH1 como posible diana terapéutica para el tratamiento del cáncer.

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