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Un pacto para un divorcio amistoso


Los socios de la UE, a través de sus embajadores en Bruselas, acordaron ayer por unanimidad la aplicación provisional del acuerdo que regirá las relaciones comerciales entre el Reino Unido y la UE a partir del 1 de enero de 2021. El documento, la última pieza necesaria para el divorcio, intenta mantener al máximo los lazos económicos entre las dos partes. No habrá aranceles, pero los negocios sí notarán los efectos del Brexit por el papeleo, los controles o la oferta de transporte.

Estos son los principales puntos del pacto.

¿Habrá aranceles? La Unión Europea y el Reino Unido han acordado no imponer ni aranceles ni cuotas sobre sus bienes. Sin el acuerdo, esos impuestos habrían ido del 10% para los automóviles hasta el 50% para productos alimentarios como ternera, cerdo o cordero, según lo estipulado por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Eso hubiera supuesto graves perjuicios para consumidores y empresarios de ambos lados del canal de la Mancha.

¿Significa eso que todo sigue igual? No. El Reino Unido deja de ser un socio de la UE y sale del mercado único. Y pese a que ambas partes se felicitan por un acuerdo que califican de “ambicioso”, las empresas estarán sujetas a controles y formalidades aduaneras para cumplir con los estándares de seguridad y sanidad que exija el país de destino.

¿Qué trámites deberán pasarse? Bruselas y Londres han acordado simplificar los trámites aduaneros, pero sin renunciar a ellos. Eso significa que siguen vigentes todos los controles y formalidades de la UE, incluyendo declaraciones de entrada y salida. Sin embargo, ambas partes han alcanzado varios acuerdos regulatorios para favorecer el comercio de automóviles, productos químicos, medicamentos, productos orgánicos, vino y bienes culturales, entre otros.

¿Cómo se evita la competencia desleal? Ambas partes se reservan el derecho de imponer represalias si las importaciones de un país están dañando un sector económico a causa de un aumento de las ayudas públicas o de una rebaja de las condiciones sociales, laborales o medioambientales. Aun así, Bruselas y Londres se comprometen a acudir a un sistema horizontal de arbitraje o a un panel de expertos para resolver esas disputas.

¿Qué ocurre con Irlanda? El acuerdo comercial no regirá en Irlanda del Norte. Para evitar una frontera dura en la isla, en esa región se aplicará el protocolo firmado con el Acuerdo de Retirada, que Boris Johnson pretendió vulnerar mediante su nueva ley de Mercado Interior. Ese documento contempla que la frontera se desplace al mar de Irlanda para garantizar la integridad del mercado único europeo. En otras palabras, las mercancías que entren en Irlanda del Norte desde Gran Bretaña deberán ser consideradas como “importaciones”.

¿Qué pasa con los servicios? A partir del 1 de enero de 2021, el Reino Unido perderá su derecho automático a ofrecer servicios en toda la UE. Las empresas incluso podrían tener que establecerse en la UE o el Reino Unido para seguir operando, dependiendo del sector. Ambas partes han pactado una amplia liberalización en multitud de servicios, con excepciones en los ámbitos de la Administración pública, la energía o los medios de comunicación. Aun así, la poderosa industria financiera de Londres notará el Brexit al perder los pasaportes europeos que les permiten prestar servicios a lo largo y ancho de la Unión. Se estima que las grandes corporaciones han transferido activos por 1,6 billones de euros del Reino Unido a la UE.

¿Qué ocurre con las conexiones energéticas? Los mercados energéticos de la UE y el Reino Unido están muy interconectados mediante redes eléctricas y gasoductos. Londres deja también el mercado único europeo y la Agencia Europea de Energía Atómica (Euratom). El comercio y la cooperación serán menos eficientes, pero el acuerdo garantiza las actuales interconexiones entre Irlanda e Irlanda del Norte y de Gran Bretaña con Francia, los Países Bajos y Bélgica.

¿Qué pasa con el objetivo climático de 2050? El Reino Unido tendrá plena capacidad de definir sus políticas contra el cambio climático. Sin embargo, el Acuerdo de París es una pieza fundamental del pacto alcanzado, puesto que su violación puede suponer incluso su suspensión. Ambas partes, además, reafirman su ambición de dejar de depender de los combustibles fósiles en 2050. El Reino Unido ya no estará dentro del sistema de comercio de emisiones europeo, pero no descarta pactar con Bruselas la fijación de sus precios.

¿Afecta el Brexit al transporte aéreo? Sí. Las aerolíneas del Reino Unido dejarán de ser consideradas de la UE y no podrán disfrutar de los mismos derechos de tráfico en el espacio aéreo comunitario. El acuerdo garantiza a esas compañías poder sobrevolar cielo europeo y llevar pasajeros o mercancías entre un punto del Reino Unido y uno de la UE. Sin embargo, pierden la llamada quinta libertad: no podrán efectuar trayectos entre un Estado miembro y un tercer país (por ejemplo, Londres-Madrid-Buenos Aires) ni tampoco entre dos ciudades de un país o dos países miembros. Ahí las empresas deberán llegar a acuerdos bilaterales con cada Estado.

¿Y al de carretera? También. Los transportistas podrán ir de punto a punto y, además, realizar dos operaciones en el territorio contrario para asegurar que no volverán de vacío a casa. Ahora bien, se fijan estándares elevados en materia de condiciones laborales o licencias para evitar la competencia desleal en el sector. Los autobuses podrán seguir uniendo el Reino Unido y la UE.

¿Cómo será la cooperación judicial? Al salir de la UE, el Reino Unido ya no cursará más euro órdenes. Para mantener una cooperación policial y judicial sólida, que permita una entrega rápida de ciudadanos perseguidos por la justicia o el intercambio de datos, Londres se compromete seguir atado al Convenio Europeo de Derechos Humanos. Pero tanto el Reino Unido como los países de la UE podrán negarse a la entrega del presunto delincuente o pedir garantías adicionales.

¿Seguirá la cooperación en política exterior? No. La UE quería que se cooperara en terrenos como la imposición de sanciones internacionales, pero Londres se negó.

¿Seguirán los Erasmus en Londres? No. El Reino Unido quería una participación parcial en Erasmus+, pero no será posible. Londres decidió, pues, que no quería seguir en ese programa, mediante el cual más de 100.000 estudiantes británicos pudieron acudir a una universidad de la UE durante el periodo 2014-2020.

¿Cómo se controlará el acuerdo? La UE y el Reino Unido crean una estructura de vigilancia y supervisión con un Consejo de dirección, integrado por la Comisión y el Gobierno británico, e incluso la posibilidad de crear una asamblea parlamentaria conjunta. El pacto prevé, además, un sistema de arbitraje para resolver disputas.


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