El Cristo Redentor, también conocido como Cristo del Corcovado, es el monumento más importante de Brasil. Se encuentra en la ciudad de Río de Janeiro y representa a Jesús de Nazaret con los brazos abiertos. Es un momento colosal, con una altura de 30 metros sobre un pedestal de ocho metros. Su inauguración data del 12 de octubre de 1931 y ha sido ahora, casi un siglo después, cuando un fotógrafo ha captado la imagen más sobrecogedora del Cristo Redentor.
El protagonista de la noticia es Fernando Braga, un fotógrafo brasileño que se dedica a retratar paisajes y naturaleza. Recientemente, ha compartido una serie de imágenes en las que se aprecia el momento exacto en el que un rayo cae sobre la estatua. Esto sucedió el 10 de febrero y, según el mismo ha explicado a través de sus redes sociales, hizo las fotografías con una cámara Nikon D800, entre las 18:55 y las 19:03 horas.
Según medios brasileños, los rayos, que impactaron directamente en la cabeza del Cristo Redentor, dejaron daños de consideración en la estatua. Esta no es la primera vez que le golpea un rayo, y ahora cuenta con un complejo sistema de pararrayos que se sitúan en varios puntos de la escultura. Sin embargo, el armazón de metal y la antena la hacen muy vulnerable, y en esta ocasión el sistema de pararrayos no ha funcionado.
Datos curiosos del Cristo Redentor
La idea original de construir una estatua de Jesús de Nazaret sobre la cima del Cerro del Corcovado fue del religioso Pedro María Boss, quien contó con el apoyo de la princesa Isabel de Portugal. La idea se retomó en 1921 con motivo de las celebraciones por el centenario de la independencia de Brasil, y la construcción comenzó en 1926.
La estatua que diseñó el artista Carlos Oswal, y que ganó el concurso público, era distinta a la que finalmente se construyó. Jesús de Nazaret sostenía un globo terráqueo en la mano derecha y una cruz en la izquierda. Sin embargo, durante la ejecución se decidió prescindir de ambos elementos.
Al contrario de lo que se podría pensar, la estatua no fue construida en Brasil sino en Francia. Llegó a Río de Janeiro en cientos de partes y fue montada desde la cabeza a los pies.
Y, por último, cabe señalar que el brazo izquierdo es 40 centímetros más corto que el derecho. Con estas medidas se consigue que la escultura pueda resistir vientos de hasta 150 kilómetros por hora.