Un tercio de los catalanes apuesta por un tripartito de izquierdas, según el CIS


En la recta final de las negociaciones para formar gobierno en Cataluña, el CIS ha difundido este jueves por la mañana una encuesta en la que se refleja que un tercio de los ciudadanos catalanes (un 31%) desea un Gobierno tripartito de izquierdas en la comunidad. Esta fórmula entre el Partit dels Socialistes (PSC), Esquerra Republicana y En Comú Podem está descartada por socialistas y republicanos de forma recíproca. Paralelamente, un 73% de las personas consultadas sostienen que de haber conocido con antelación los resultados del 14-F habría votado al mismo partido. Las elecciones se convocarán de forma automática el 26 de mayo si antes no se concreta un acuerdo de investidura.

El CIS inició la encuesta sobre un universo de 4.000 personas el pasado 26 de marzo justo cuando el republicano Pere Aragonès, vicepresidente del Govern, se sometía al primero de los debates de investidura que resultaron finalmente fallidos. El sondeo fija la preferencia de los electores en primer término por un tripartito y en segundo lugar, con un 23%, un ejecutivo formado por Esquerra, Junts per Catalunya y la CUP, aunque esa variable no ha estado casi nunca sobre la mesa. Los anticapitalistas solo han alcanzado un acuerdo con ERC para la investidura pero no para gobernar. Solo una minoría apostaría por un Gobierno en solitario tanto del PSC (12,7%) como de ERC (5,7%). Y, sin especificar, el estudio apunta que un 16% se inclina por otra forma de Gobierno diferente.

El estudio postelectoral, que no recoge extrapolación de escaños ni intención de voto, se ha publicado cuando el independentismo negocia contra reloj para evitar la repetición de los comicios. Con todo, el 50,7% de los encuestados creen que habrá un pacto de gobierno que permitirá un Govern independentista frente a la opción del gobierno tripartito de izquierdas (un 9,2%). La mayoría de encuestados (un 73,5%) admite que de haber conocido el resultado final habrían votado al mismo partido, lo que revela que la fidelidad de voto, y ahora un 16% se abstendría o votaría en blanco. El porcentaje es significativa cuando el 14-F se registró una participación del 53%.

El PSC, liderado por Salvador Illa, ganó las elecciones del 14-F con 33 escaños, los mismos que Esquerra, aunque con mayor número de votos. La victoria tuvo un sabor amargo para los socialistas porque el independentismo revalidó y amplió la mayoría absoluta: a los 33 escaños de ERC se le sumaron los 32 de Junts y los 9 de la CUP. En total, por tanto, 74 de un total de 135. Los comicios, por primera vez, arrojaron que ERC diera el sorpasso en el bloque independentista y adelantara al partido de Carles Puigdmont. El apoyo de la CUP, que sumó nueve asientos, garantizaba a ERC y Junts mayoría absoluta en una hipotética investidura.

La potente irrupción de Vox, con 11 escaños, fue una de las sorpresas del proceso electoral. En Comú Podem consiguió ocho representantes y se estancó al repetir el mismo resultado que en 2017. Ciudadanos fue el gran derrotado al pasar de 36 escaños y ser la primera fuerza, a tan solo seis y perder en el camino un millón de votos. El Partido Popular continuó como última fuerza con representación, con tres parlamentarios.

Las negociaciones están ahora bloqueadas, aunque el martes se produjo un tímido acercamiento entre los tres partidos independentistas con un acuerdo de mínimos. El pacto es una primera salida tras la implosión del pasado fin de semana cuando Aragonès anunció un gobierno en solitario sin tener los apoyos necesarios. Junts tampoco le ofrece ya gratis los cuatro votos que necesitaría para ser investido en segunda vuelta con más síes que noes. Los comunes estaban negociando con ERC la investidura y desean entrar en el Govern, pero este jueves han anunciado que rompen las negociaciones. Su única línea roja era que no querían compartir Gabinete con Junts, algo que se ha demostrado inviable. El PSC se niega a participar en ninguna operación de este tipo.

Este jueves comparece el candidato de ERC, Pere Aragonès, en el pleno del Parlament en plena cuenta atrás para desencallar su investidura antes de que expire el plazo límite del 26 de mayo. Tras las elecciones madrileñas del 4-M, el CIS publicó un sondeo postelectoral pocos días después. El sondeo sobre Cataluña ha tenido que esperar tres meses.


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