Joshua Schulte (centro), durante el primer juicio en su contra, en marzo de 2020, en Manhattan.Elizabeth Williams (AP)
La justicia le considera responsable de una de las mayores filtraciones de información secreta de la historia. El acusado se declara un chivo expiatorio, y con efecto retardado, del escándalo WikiLeaks, que hace años reveló la intervención de sistemas informáticos de Gobiernos y corporaciones por parte de EE UU. Joshua Schulte, un exingeniero informático que trabajó para la CIA hasta noviembre de 2016, ha sido declarado culpable este miércoles de ocho cargos de espionaje y uno de obstrucción por un tribunal federal de Manhattan. El informático, de 33 años, se defendió a sí mismo en el juicio, el segundo en su contra después de que un proceso anterior, en marzo de 2020, se declarara nulo porque los jueces no llegaron a ningún acuerdo sobre los cargos.
Schulte, de 33 años, ha sido condenado por la filtración de información clasificada a WikiLeaks desde la agencia de espionaje, en lo que muchos consideran la mayor fuga de datos en la historia de la CIA. Las revelaciones de WikiLeaks, que aún colean en la reciente orden de extradición a EE UU de su fundador, Julian Assange, tuvieron lugar en 2017 y sacaron a la luz los métodos secretos de la agencia para penetrar en las redes informáticas de Gobiernos extranjeros y redes terroristas. Schulte fue detenido a raíz de la revelación.
En el juicio de 2020, Schulte fue declarado culpable de desacato al tribunal y de hacer declaraciones falsas al FBI, pero no recibió ninguna condena. Este miércoles, ha argumentado el juez federal de Manhattan Damian Williams en un comunicado, ha sido condenado por “uno de los actos de espionaje más descarados y dañinos en la historia de Estados Unidos” al socavar los esfuerzos para luchar contra las “organizaciones terroristas y otras influencias malignas” alrededor del mundo, dando a conocer “algunas de nuestras herramientas de inteligencia más críticas al público y, por lo tanto, a nuestros adversarios”. Los nueve delitos probados incluyen la recopilación ilegal de información de defensa nacional y la transmisión ilegal -o filtración- de dicha información.
Los materiales filtrados derivaban de herramientas de software de la CIA utilizadas para vigilar a personas fuera de Estados Unidos, por medio de la intervención de teléfonos inteligentes y de televisores conectados a internet. WikiLeaks comenzó a publicar los documentos filtrados en marzo de 2017.
El Departamento de Justicia sostiene que Schulte, que había renunciado a su puesto de trabajo en la CIA a finales de 2016, filtró los documentos secretos por despecho, porque no estaba contento con la forma en que era tratado como trabajador. Por eso se ha presentado reiteradamente como un chivo expiatorio, aludiendo a sus tiranteces con la administración. Fue detenido en agosto de 2017 por cargos no relacionados con el presente caso, e ingresó en prisión, donde ha permanecido hasta ahora, desde que se le revocara la fianza cuatro meses después. El Departamento de Justicia presentó los cargos relacionados con WikiLeaks un año después, en junio de 2018.
El mes pasado, el Gobierno británico ordenó la extradición de Assange, fundador de WikiLeaks, a Estados Unidos. El activista de la libertad de expresión, que en 2012 originó una crisis diplomática al refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres, se enfrenta a cargos penales federales en Virginia por su presunta implicación en la publicación de documentos secretos militares en 2010. En 2019, Chelsea Manning, la exanalista de Inteligencia del Ejército estadounidense que filtró miles de documentos secretos del Pentágono y del Departamento de Estado a Wikileaks en 2010, fue detenida, y luego liberada, por negarse a testificar ante un gran jurado que investigaba a la organización de Assange.
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