Recoger setas, pisar charcos (sin mojarse los pies) y adentrarse en la cromática humedad de los bosques, a pie o en bici. Una escapada para disfrutar de la otoñada es más confortable y divertida con estos complementos viajeros.
Ciclistas bien orientados
La banda elástica de este soporte para el manillar, cuyo entretejido posterior confiere máxima sujeción y estabilidad a smartphones de hasta 6,5 pulgadas, permite tener el mapa de la ruta siempre a la vista.
No sin mi expresso
Saborear un buen café durante cualquier aventura en parajes remotos es más sencillo con esta cafetera portátil, la mejor en su categoría (18 bares de presión estable) según la revista Wired.
Liviano abrigo
Confortable, 100% transpirable y sumamente ligera (410 gramos) esta chaqueta cortavientos y repelente al agua proporciona calidez y comodidad si apenas ocupar volumen en la maleta.
Botín micológico
Equipada con tapa de nylon y cinta transportadora, esta cesta permite dispersar las esporas mientras recogemos setas por el monte, y conserva en perfectas condiciones las ya recogidas.
Aquí no sobra nada
Además de organizar mejor el equipaje, estos cubos reconfortan al viajero responsable: están fabricados íntegramente con materiales de producción industrial desechados.
Ya puedes perder la llave
Porque este candado tecnológico, diseñado especialmente para asegurar bolsos y maletas, se abre y se blsolamente con la huella dactilar.
¿Quién dijo charco…?
Estamos en la estación que tiñe los bosques de colores y el suelo de charcos. Con estas cómodas botas de agua infantiles los más pequeños podrán contemplar (y saltar) la otoñada con los pies siempre secos.
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