Fue en Ruán donde Anne Hidalgo se declaró “preparada” y lanzó su candidatura a la presidencia francesa, el pasado septiembre. Y ha sido en esta ciudad normanda donde, siete meses después y desde lo más bajo de las encuestas, ha buscado desmentir o mitigar este jueves los rumores de una implosión inminente de su formación, tras conocerse la celebración de una cena secreta entre altos miembros del Partido Socialista (PS). El objetivo era, según la prensa, discutir el fin del partido de François Mitterrand tras los previsibles resultados devastadores en las presidenciales del domingo y buscar nuevas vías. El resultado inmediato es un gran malestar interno o, como dice Le Monde, una “guerra de rosas” desatada antes de lo previsto.
El rotativo parisino, que reveló el encuentro celebrado la noche del miércoles en las dependencias del Senado, en París, habla de una “cena secreta (…) para dinamitar el Partido Socialista” en la que “no se trataba tanto de negociar de la mejor manera posible la recta final de una campaña abandonada como de lanzar las grandes maniobras para la recomposición de la izquierda” tras la primera vuelta del domingo, en la que Hidalgo no supera el 2% de la intención del voto, según las encuestas.
A la cena acudieron, además de Hidalgo, el expresidente socialista François Hollande, que según Le Monde llegó a planificar una campaña para presentarse como candidato si la alcaldesa de París tiraba la toalla, cosa que al final no ha hecho; y otro peso pesado del PS, la alcaldesa de Lille, Martine Aubry. También participaron el presidente del PS en el Senado y aliado de Hidalgo, Patrick Kanner; la alcaldesa de Nantes y directora de campaña de Hidalgo, Johanna Rolland, y la presidenta de la región de Occitania, Carole Delga, cuyo peso en la formación aumentó tras lograr el año pasado la reelección como una de las aspirantes de los comicios regionales más votadas del país.
Tan simbólica fue la lista de los participantes como la de los ausentes: el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve que, según diversas versiones, no pudo o no quiso asistir, y el actual primer secretario del PS, Olivier Faure, al que muchos reprochan no haber logrado impulsar al partido desde la primera gran derrota presidencial, en 2017, y que, según Le Figaro, ni siquiera estaba al corriente del encuentro. Horas después, Faure publicó en Twitter una foto de lo que llamó, sin más comentarios, su “cena pública” en Bretaña con militantes “que van hasta el final” con los socialistas.
Hidalgo y su equipo han tratado de rebajar este jueves la potencial carga explosiva de la cena. Se trataba, declaró la candidata desde Ruán, de “discutir y posicionarse para ver cómo conducir las últimas horas de la campaña” y preparar, tras ella, la reconstrucción de la izquierda con las legislativas de junio, recoge la Agencia France Presse. “Mi papel es unir, tomar el pulso, escuchar los consejos”, justificó, a la par que aseguró que este viernes también se reunirá con Faure. “Se trata de permitir que en nuestro país haya una oposición republicana de izquierdas que sea fuerte en la Asamblea Nacional. Va a hacer falta que estemos todos juntos, no hay espacio para aventuras individuales. Mi papel es acercar [posiciones]”, insistió.
Por su parte, el senador Kanner ha declarado a la emisora Franceinfo que hay en marcha “negociaciones con los verdes y los comunistas”, así como “los radicales”. Las legislativas son “una herramienta de reconstrucción” para el PS, que nadie quiere enterrar, aseguró. “Dinamitar el PS no tiene ningún sentido, no estamos allí, hay un congreso en octubre”, ha dicho para refutar la versión de Le Monde.
El enfado, tanto público como privado, de otros miembros del PS al conocer la cita secreta ha demostrado, no obstante, que la inquietud entre las filas del partido es más que un rumor y que la cena ha provocado más de un roce. La presidenta del grupo socialista en la Asamblea Nacional, Valérie Rabault, lanzó un “gracias” en Twitter a Cazeneuve por no haber asistido a la cena. Otros, como el presidente del Consejo Nacional del PS, Luc Broussy, ironizaron diciendo que cenaron “solos delante de una pantalla”. El predecesor de Faure, Jean-Christophe Cambadélis, habló de una “patética” cena de “engaños” que solo “hunde” más al PS.
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