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Una encuesta confirma el abandono de las científicas por los problemas de conciliación, discriminación y sexismo

Una investigadora de la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica en el Campus Tecnológico de Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), este jueves.Ismael Herrero / EFE

“No puedo más. Llega un momento en el que te planteas si quieres seguir así los próximos 15 años. Y yo no quiero. Los viajes, las jornadas interminables, la falta de horario. Tengo siempre la impresión que tengo que hacer el doble para obtener el mismo reconocimiento que mis compañeros. Se acabó”. Es el testimonio de María Núñez, una ingeniera granadina, de 52 años y directiva de una empresa tecnológica andaluza que ha pedido que no sea identificada. Tiene tres hijos y dos, un chico y una chica, siguen ahora sus pasos en la universidad. “Espero que la situación cambie, sobre todo, para ella”, afirma. Núñez, que prepara ahora oposiciones para ser profesora de Educación Secundaria, es un ejemplo del Estudio sobre la situación de las mujeres en carreras científicas en España, elaborado por el Ministerio de Ciencia, y que, a partir de una encuesta sobre 5.606 personas (61% mujeres), muestra el gradual abandono de las carreras científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas (conocidas como STEM por sus siglas en inglés) por parte de ellas. Las jóvenes de menos de 25 años son el 57% en los organismos públicos de investigación. Diez años después son menos de la mitad (48%) y solo llegan a ser el 29% con más de 65 años.

En España, según datos del INE recogidos por este estudio, la investigación agrupa a 234.798 personas de las que el 48% son mujeres. Pero esta carrera paritaria, motivada por las “preferencias y habilidades desarrolladas durante la educación secundaria y el contacto con profesoras y profesores que actuaron como referentes”, va decayendo en igualdad conformen pasan los años.

“Hay una etapa escolar crucial en la que, si a las niñas que sienten inclinación por la ciencia no se les apoya en sus capacidades, no se les ofrecen referentes femeninos ni se les sabe transmitir el potencial que tienen las carreras STEM para resolver problemas cotidianos, llegan a creer que no están capacitadas para dedicarse a la investigación y se decantan por otras opciones profesionales. El mundo futuro no puede permitirse perder ese talento”, afirma María Blasco, bióloga molecular y directora del Grupo de Telómeros y Telomerasa y del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas en una iniciativa de esta institución con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada 11 de febrero.

Las causas del abandono de las carreras científicas son múltiples. En la encuesta, las investigadoras señalan estas: la mayor carga de tareas y funciones administrativa que recae sobre ellas de forma más habitual que sobre ellos, la inestabilidad laboral, las excesivas jornadas, el favoritismo y la discriminación por sexos, las dificultades para ejercer el rol de cuidadora, la brecha salarial, la diferente visibilidad de los resultados científicos, la presión social para escalar frente a las dificultades para promocionar y el hostil clima laboral, donde denuncian conductas sexistas.

Acoso sexual

“Yo no le he sufrido, por ahora. Pero sí conozco compañeras que me han contado casos de discriminación”, afirma Yolanda Sánchez, estudiante de 22 años en la Facultad de Matemáticas en la Universidad de Sevilla. Según el sondeo del Ministerio de Ciencia, un 8,6% de las encuestadas ha sufrido acoso sexual y un 14% actitudes y situaciones de falta de respeto. “Un 9,7% de ellos y un 9,4% de ellas conocían a alguien que había sufrido acoso sexual”, concluye el estudio. Según las investigadoras, esta recurrencia se produce por una “cultura permisiva y de silencio con respecto a este tipo de actitudes, fomentada por el poder que ostentan los hombres y la protección que mantienen entre ellos, y la ausencia de medidas más contundentes”.

Las circunstancias utilizadas como elementos de acoso son, siempre según el estudio del Gobierno, “la maternidad, los cuidados y las supuestas menores capacidades de las mujeres”. “Una respuesta de tolerancia cero en las instituciones es fundamental para prevenir y, en su caso, abordar de forma adecuada estas formas de violencia de género que son también un problema de salud laboral”, concluye el documento.

Una respuesta de tolerancia cero en las instituciones es fundamental para prevenir y, en su caso, abordar de forma adecuada estas formas de violencia de género que son también un problema de salud laboral

Estudio sobre la situación de las mujeres en carreras científicas en España

“Solo con la plena incorporación del talento femenino a las diferentes esferas y áreas de responsabilidad de los sectores basados en ciencia e innovación podremos avanzar hacia una economía más próspera”, resalta Ana Polanco, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), que ha lanzado este jueves una campaña sobre la importancia de la mujer en la ciencia.

Carmen Vela (Guadalajara, 65 años), bioquímica, empresaria, investigadora española y socia fundadora de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), ha participado en esta campaña. “Los números no nos acompañan. Vamos mejorando, pero la velocidad es muy baja. No podemos decir lo mismo desde el punto de vista perceptivo. No hay nadie hoy en día capaz de negarte que la presencia de la mujer en la ciencia está minusvalorada y que es un problema”, afirma.

“Hay un punto de inflexión tremendo: la maternidad. Tiene un impacto en tu carrera, ya que, dependiendo del punto en el que estés, puede ser duro compaginar. Por eso, cuando una mujer lidera un equipo, es más fácil que haya más mujeres, porque, en cierto modo, entendemos mejor lo que supone esa etapa”, añade Marisol Quintero (Valencia, 42 años), CEO de Highlight Therapeutics, una empresa dedicada a terapias contra el cáncer.

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