El miedo regresó este miércoles por unos minutos al Capitolio de Washington, el magno complejo de edificios que acoge la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos. La policía ordenó el desalojo de todas las salas por el vuelo de una aeronave que, según sus palabras, entrañaba “un riesgo probable”. Se trataba, en realidad, de un avión con paracaidistas que se dirigía a un partido de béisbol en el estadio de los Nationals, en la capital. El mensaje de las fuerzas de seguridad, con un título inquietante para tiempos de guerra: “Intrusión de una aeronave”, llegó sobre las seis y media de la tarde —hora local— a los medios. Antes de la siete, los agentes comunicaron que ese riesgo había pasado y que estaban preparando las instalaciones para el regreso.
Los mensajes del cuerpo de policía del Capitolio advirtiendo de alarmas por paquetes sospechosos o incidentes cercanos a los edificios de las Cámaras son habituales, pero la invasión del 6 de enero de 2021, cuando una turba de manifestantes irrumpió de forma violenta, marcó un punto de inflexión y cada aviso dispara todas las alarmas en la ciudad.
Esta vez, además, el temor estaba bien fundado, ya que el desalojo incluía también la Biblioteca del Congreso y el Jardín Botánico por una supuesta nave aérea no identificada. Según fuentes citada por la CNN, se trataba de una aeronave monomotor que transportaba paracaidistas del Ejército para protagonizar un espectáculo en el estadio de los Nationals, saltando sobre el campo, pero la policía del Capitolio no había sido informada al respecto. En su cuenta de Twitter, el cuerpo explicó poco después de lo sucedido que había procedido a la evacuación como “precaución” y que no había “ninguna amenaza”.
En abril del año pasado, apenas tres meses después del trágico asalto, un hombre mató a un policía e hirió de gravedad a otro al embestir en coche el acceso al Capitolio. El asaltante, de 25 años, fue abatido por la policía al salir del vehículo blandiendo un cuchillo. Por aquel entonces, todo el complejo de las Cámaras legislativas se encontraban aún protegidas por un amplio perímetro de seguridad.
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