Una de las mayores pesadillas imaginables se ha hecho realidad en una funeraria del Estado de Michigan (EE UU). Una mujer que había sido declarada muerta por los médicos seguía en realidad con vida horas después del dictamen de su fallecimiento. Lo descubrió el pasado domingo un operario de la compañía funeraria a quien se le había asignado que embalsamara el cuerpo de Timesha Beauchamp, una joven de 20 años con parálisis cerebral. El caso ha sido denunciado por su familia.
Los extraños sucesos comenzaron hacia las 7.30 de la mañana (12.30 de la tarde, hora peninsular española) cuando los servicios de emergencia recibieron un aviso: una mujer yacía en una casa de Southfield, al noroeste de Detroit, inconsciente, según el departamento de bomberos y recoge The New York Times. La llamada, según el abogado de la familia, Geoffrey Fieger, un letrado conocido por su aparición en medios de comunicación en EE UU, la hicieron los familiares de Timesha.
Según un primer comunicado de los bomberos, el equipo de emergencia encontró a la joven, a la que luego identificaron, en parada respiratoria. Intentaron reanimarla durante 30 minutos, al cabo de los cuales “dada las condiciones de la paciente”, determinaron que no mostraba signos de vida.
En una entrevista con una emisora de televisión, la madre de la joven, Erica Lattimore, ha relatado que en ese momento los técnicos de emergencias le comunicaron que su hija había muerto. “Me dijeron: ‘señora, ha fallecido”. Al pedirles confirmación de la dura noticia, los técnicos se la dieron, ha asegurado.
La Oficina del Médico Forense del condado de Oakland determinó entonces que se pusiera el cuerpo a disposición de la familia sin necesidad de autopsia, según recoge la agencia AP.
La misma mañana del domingo, el cuerpo de Timesha fue trasladado a la funeraria James H. Cole. Llevaba ya dos horas en una bolsa para cadáveres. Allí, según el relato del abogado de la familia, un empleado descubrió que la joven estaba viva, respiraba y tenía los ojos abiertos. En ese momento, avisaron a su madre y la enviaron al hospital, donde el pasado lunes se encontraba en estado crítico y con respiración asistida.
El servicio de bomberos de Southfield publicó el lunes pasado un segundo comunicado en el que señalaban que un médico del servicio de emergencias había declarado a la paciente muerta basándose en la información que les había facilitado los técnicos que había acudido a la casa de Timesha.
El abogado de la familia ha comentado que la madrina de la joven, enfermera, estaba presente cuando los servicios médicos se presentaron en la casa y que les indicó que creía que Timesha aún respiraba y tenía pulso. “La iban a embalsamar de no tener los ojos abiertos, que es algo aterrador”, ha señalado.
En una comparecencia el miércoles pasado, el jefe de bomberos Johnny L. Menifee apuntó que habían emprendido una investigación para determinar el error, que podía haber sido fatal, y que los técnicos que asistieron a la joven, dos paramédicos y dos bomberos, habían sido suspendidos de empleo, no de sueldo.
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