una joya que pasa desapercibida en España

El Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas es uno de los principales atractivos turísticos de Galicia. Sin embargo, la gran mayoría de visitantes suelen dirigirse única y exclusivamente a la isla de Ons y las islas Cíes.

Si te apetece descubrir lugares vírgenes y con mucha historia, te encantará saber que aquí se encuentra el archipiélago de Sálvora, cuya isla principal lleva el mismo nombre. Ubicada en la bocana de la ría de Arousa (aunque pertenece al municipio de Ribeira), tiene una superficie de 190 hectáreas. Una isla de España que muy pocas personas conocen y que merece mucho la pena.

Actualmente, es un paraje natural rocoso deshabitado, pero en Sálvora vivió gente hasta finales del siglo XX. Si estás en Galicia, te recomendamos al 100% contratar alguna de las rutas guiadas que organizan navieras y empresas de la zona para visitar la isla.

En la reserva natural de Sálvora hay tres playas de arena blanca y fina, aunque sólo una de ellas se puede visitar. Se trata de la playa del Almacén, de arena fina y agua cristalina. El entorno natural es impresionante, y en ella se encuentran la famosa escultura de la sirena de Sálvora y una antigua fábrica de pescado reconvertida en pazo.

La aldea abandonada es una visita imprescindible en la isla, donde en el pasado vivieron 60 personas. Tenía ocho casas, dos fuentes de agua potable y una plaza.

Historia

Se encuentra a apenas tres kilómetros de distancia de tierra firma, y durante la Edad Media fue un lugar de refugio para corsarios y piratas. El rey Alfonso II la donó al Cabildo Catedralicio de Santiago en el año 899.

En su época de máximo esplendor, en Sálvora llegaron a vivir 60 personas. En la segunda mitad del siglo XVIII, Jerónimo de Hijosa, un empresario coruñés, construyó una fábrica de secado y salazón de pescado. En la actualidad, el edificio se ha restaurado y transformado en pazo.

Entre los siglos XVI y XX la isla fue propiedad de las familias Mariño y Otero Goyanes. En 1904 pasó a manos del Estado, pero en 1958 la familia Otero Goyanes recuperó la propiedad de la isla, donde construyeron una taberna, un faro y una escultura de una sirena.

Durante el siglo XX las familias fueron poco a poco abandonando la isla, y llegó un momento en el que sólo quedó un habitante: Julio Vilches, el farero. Se jubiló en agosto de 2017.

En el año 2007, el Ministerio de Medio Ambiente compró Sálvora, y en 2010 la reabrió al público.




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