La crisis sanitaria global por la pandemia del COVID-19 nos está dejando historias que en ocasiones resultan difíciles de creer. En China hemos visto a personas disfrazadas e incluso con botellas de plástico en la cabeza para evitar contagiarse del virus. Ahora en Europa este tipo de imágenes empiezan a ser más o menos habituales. Esta misma semana una mujer ha acudido a un supermercado dentro de una burbuja de plástico, totalmente aislada del exterior.
La mujer entró en el establecimiento, situado en la ciudad británica de Kent, rodando en el interior de la burbuja. Como no podía ser de otra manera, tanto los empleados como el resto de clientes se quedaron totalmente desconcertados. La mujer iba acompañada de un hombre, que parece que se trata de su cuidador, quien se ocupaba de recoger los alimentos y productos para ella.
Uno de los trabajadores del supermercado se acercó a ella y le pidió amablemente que por favor se marchara debido al revuelo que estaba formando. Finalmente, un guardia de seguridad les acompañó a ella y a su cuidador hasta la puerta de salida.
Con las cifras tanto de contagiados como de fallecidos por el coronavirus aumentando a un ritmo imparable en todo el mundo, parece lógico que las personas traten de tomar todas las medidas de precaución posibles. Para evitar el contagio de la enfermedad es importante salir de casa con guantes y mascarillas y, por supuesto, seguir una buena higiene de manos. Pero realmente no es necesario excederse hasta estos extremos.
Aún así, la mujer consiguió sacar una sonrisa a todos los que le vieron en el interior de su burbuja de plástico.
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