La policía francesa ha arrestado a 44 personas en el sureste de Francia sospechosas de haber participado en las repetidas violaciones de una mujer, a la que su marido drogó durante toda una década para dejarla inconsciente y luego ofrecerla en internet como objeto sexual a desconocidos. El marido grababa y hasta a veces participaba en las violaciones. La víctima, una sexagenaria, no era siquiera consciente de los abusos sufridos hasta que la policía detuvo a su marido tras más de un año de investigación.
La Fiscalía de Avignon ha confirmado a medios franceses la detención esta semana de nueve hombres en diversos departamentos del sur de Francia sospechosos de haber participado en los abusos, que se prolongaron entre 2010 y 2020. Estos nuevos detenidos se unen a otros 33 ya arrestados en los últimos meses, que ya han sido imputados y puestos en detención preventiva. Entre ellos figura el esposo, un artesano jubilado de 68 años que llevaba casado con la víctima casi 50 años y con quien ha tenido tres hijos. El hombre ha sido acusado de violación en primer grado, agresiones sexuales y administración de sustancias perjudiciales, según Le Parisien. Otros dos detenidos han sido puestos finalmente bajo el estatus de “testigo asistido”, figura previa a una eventual imputación. Un sospechoso más había fallecido para cuando se completó la investigación, que a la policía deja pocas dudas sobre lo sucedido. “No es habitual tener tantas pruebas en un caso de violación”, dijo a la agencia France Presse el comisario de la policía judicial de Avignon, Jérémie Bosse Platière. “Aquí, todo está demostrado, incluso si la víctima, inconsciente durante las violaciones, no se acuerda de nada”, agregó.
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Lo que amenaza con convertirse en uno de los casos de violación más siniestros de la historia reciente de Francia fue descubierto casi por casualidad. En septiembre de 2020, el marido, cuya identidad no ha sido revelada, fue detenido en una tienda cuando un vigilante descubrió que estaba filmando a mujeres por debajo de la falda. Cuando la policía se incautó del ordenador del hombre en su casa, en la localidad de Mazan, descubrió los vídeos donde se veía a su esposa, Marie, inconsciente, tan dormida que “a veces parecía a punto de roncar”, destaca el diario 20 Minutes, mientras era violada por los hombres que el marido había contactado previamente por internet.
“El marido usaba fuertes ansiolíticos para drogar a su mujer, la ponía desnuda en la cama y calentaba la habitación para evitar que se despertara”, explicó el comisario Bosse Platière. “Los clientes entraban sigilosamente, susurraban y, si la víctima movía solo un brazo, se iban. Ninguno de los autores podía ignorar lo que pasaba”, sostiene. De acuerdo con Le Parisien, el hombre le administraba en la bebida o en las comidas altas dosis de tranquilizantes a base de benzodiazepina, unos productos que, por sus efectos relajantes, señala el rotativo, permitían que no le quedaran a la víctima secuelas físicas, si bien la mujer consultó a varios médicos -en vano- por dolores de cabeza, insomnio y lagunas de memoria.
Los detenidos son hombres de entre 24 y 71 años y entre ellos hay un bombero, un periodista, un guardián de prisiones o un enfermero, entre otros, de acuerdo con el diario Var-Matin. Algunos son solteros, otros casados y hasta padres de familia.
Conmoción
Para la abogada de la víctima, Caty Richard, este caso demuestra lo extendido que está este tipo de delito. “La gente cree que la sumisión química es la copa en la discoteca a la que alguien echa GHB [una droga depresora del sistema nervioso]”, dijo en declaraciones al medio digital Brut. “Pero la sumisión química afecta absolutamente a todos los medios socioprofesionales, a todos los medios sociales en general”, advirtió.
Es difícil calibrar el impacto y amplitud de este tipo de drogas, debido precisamente a que muchas de sus víctimas no recuerdan lo sucedido. Según un informe presentado el pasado abril por la Agencia Nacional de la Seguridad del Medicamento de Francia (ANSM), en 2019, último año del que se dispone de datos, de 574 casos identificados (un 16,7% más que en 2018), 53 fueron calificados de “casos verosímiles” de sumisión química, en los que el agresor suministró, sin que la víctima lo supiera, o bajo amenazas, la droga o medicamento con intención de cometer un crimen, desde un robo a una violación o un acto de pederastia. Otros 312 casos fueron calificados como “posibles” y el resto, 209, fueron definidos como de “vulnerabilidad química”, en los que la víctima consumió de forma “voluntaria” un producto que la hizo “más vulnerable a un acto delictivo o criminal”.
El caso de Mazan ha causado conmoción por la amplitud de los abusos y por la relación del agresor con su víctima, su esposa durante casi medio siglo. “Marie es una mujer como yo o como usted, conoció a su marido en 1970, tuvieron varios hijos, trabajaron y luego se jubilaron. Tuvieron una vida absolutamente normal”, señaló la abogada.
Hasta que todo cambió el día en que la víctima, al regresar de una visita a sus hijos, que viven en las afueras de París, fue contactada, el 2 de noviembre de 2020, por la policía. Su marido había sido llamado para recuperar su teléfono móvil. Es en ese momento, señala la abogada, cuando Marie, como llama a su defendida, es informada de que su marido llevaba una década drogándola y entregándola a otros hombres mientras ella estaba casi inconsciente.
Según las recetas de somníferos recuperadas por la policía, la víctima habría sido drogada hasta 225 veces en un solo año. De acuerdo con el diario Le Midi, tras negar al principio los hechos, el marido acabó confesando y habría declarado que, en total, entre 30 y 50 hombres abusaron de su mujer durante la década en la que la drogó. Según la abogada Richard, a veces el propio marido participaba en la violación. La víctima, cuya “vida se ha derrumbado totalmente”, no fue en ningún momento consciente de lo que su marido hacía con ella. “Jamás se le ocurrió que podría sucederle algo así”, dijo Richard, según la cual “para saber que algo así puede suceder, hay que saber que esto existe, de ahí la importancia de hablar de esta sumisión química”, insistió.