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Una usuaria de Renfe que protestaba por los retrasos de su tren multada con 800 euros: “Es el mundo al revés”

Los agentes de policía acuden a identificar a la usuaria que protestaba en la Estación del Norte de València por el reiterado retraso de su tren en enero de 2019.Cedida por Compromís / Compromís

Amparo Sena, valenciana de 44 años, coge cada mañana desde hace cinco años el tren de Cercanías de Renfe de València a Moixent —localidad a 83 kilómetros de la capital—, que sale “supuestamente” a las 7.23 minutos para ir a su trabajo. Pero los reiterados retrasos a lo largo de 2019 de cinco, 10 y hasta 25 minutos en la salida del convoy colmaron su paciencia y, ante la falta de respuesta de la compañía a sus quejas y reclamaciones, se llevó de casa la tapa de una cacerola y una cuchara y cada vez que el tren se retrasaba más allá de las siete y media, golpeaba los utensilios para hacer oír su protesta. “Dejaba siete minutos de cortesía”, cuenta con ironía. Uno de esos días, la usuaria fue identificada por varios agentes de la Policía y denunciada “por desobediencia y resistencia a la autoridad” —se opuso en un primer momento a entregar su DNI— y ahora la sancionan con 800 euros en aplicación de la ley mordaza.

“Me multan con 800 euros por defender un servicio de Cercanías digno”, se lamenta. Aunque asegura que recurrirá la sanción. “Me indigna que, esperando una respuesta de Renfe o que alguna persona bajara a darme explicaciones, decidieran mandar a la policía a identificarme”, apunta la afectada. Sena, explica, se dirigió a Atención al cliente e incluso puso una reclamación por escrito, de la que no recibió respuesta. Así que decidió hacerse oír con la tapa de una cacerola y una cuchara. Durante días, cada vez que se producían retrasos, iniciaba su cacerolada de protesta.

Agentes de la Policía Nacional se presentaron el 24 de enero del año pasado en el andén cuando ella y otro viajero hacían oír su indignación por un nuevo retraso del tren. “Nos piden que nos callemos, les dije que no, que podíamos oírnos perfectamente, supongo que eso les molestó y me pidieron la documentación”, explica. La usuaria les contestó que no tenía por qué identificarse porque no había hecho nada incorrecto y el resto de viajeros que esperaban ese día en el andén de la Estación del Norte, en un gesto de solidaridad, se prestaron a identificarse, como al final hizo Sena.

Un año después le ha llegado de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana una multa, que piensa recurrir, donde se detalla que a las 7.45 minutos de aquel día, 22 minutos después de la hora en la que supuestamente salía su Cercanías, estaba protestando, “alterando el orden público y gritando a los agentes con frases como ‘no voy a parar de hacer esto porque me lo digáis vosotros’ o ‘me niego a dejaros mi DNI’ y ‘si me hacéis perder el tren, os acordáis”.

Sena se muestra indignada: “¿No es más grave que no se le sancione a la Administración por dar un servicio nefasto durante meses? ¿Que no se nos compense en ningún momento, que sigamos pagando la tarifa al 100%, no como el AVE, donde devuelven el dinero cuando se retrasa? ¿Somos los viajeros de Cercanías peores que ellos?”. La usuaria pide que se ofrezca un servicio público de calidad. “Tengo derecho a reclamar ese servicio de calidad. Es el mundo al revés”, concluye.

Lo cierto es que la C2 de Renfe en València, la línea de la que es usuaria Sena, cumple, salvo algún día en concreto, el horario de salida.

El portavoz de Compromís en el Senado Carles Mulet conoció el incidente y ha presentado una pregunta parlamentaria en la Cámara. El senador considera injusta la sanción a la usuaria y ha pedido que sea el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, quien pague la multa impuesta. “Lo lamentable en esta situación es que a la afectada le llegó antes la sanción que las explicaciones o disculpas por sus razonables quejas por el mal servicio”, apostilla Mulet.

El senador reclama que se anule o compense de alguna manera a la usuaria y se mejore el servicio para que los retrasos y el maltrato a los clientes no se repitan nunca más. Y ha preguntado al Gobierno por la derogación de la ley mordaza y qué medidas piensa adoptar para mejorar el servicio ferroviario. “¿Por qué no asume el Gobierno su parte de culpa como consecuencia del mal funcionamiento del servicio ferroviario, de los recortes en personal y material rodante y por no haber reforzado en la pandemia las frecuencias de trenes, sino reducirlas y empeorar el servicio, a diferencia de lo que han hecho otros países de nuestro entorno con su transporte público?”, ha planteado Mulet, que pregunta al ministro si piensa adoptar alguna medida para intentar anular esa sanción.

Renfe en València admite que durante diciembre de 2018 y enero de 2019 se produjeron retrasos en algunas líneas de Cercanías por daños producidos por los temporales, por la capacitación de maquinistas y otras circunstancias pero insiste en que se ha mejorado la puntualidad y mejorado el mantenimiento de las líneas.


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