El Fondo Mundial de la Naturaleza indicó que parece que el futuro de millones de individuos no llama la atención de los líderes mundiales; las principales amenazas de los animales son la destrucción de su hábitats, pesca excesiva, contaminación, deforestación, enfermedades y cambio climático.
Es urgente aumentar la relevancia política de la naturaleza e impulsar un movimiento que lidere el cambio para formalizar un pacto entre la naturaleza y las personas para responder a la crisis de la extinción de especies, afirmó el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
A través de su Índice Planeta Vivo (IPV) 2018, refirió que “parece que el futuro de millones de especies en la tierra parece no llamar la atención de los líderes mundiales”.
Menciona que en 2017, alrededor de 50 científicos instaron a una respuesta más ambiciosa a la crisis de la extinción de especies y publicaron un artículo para proponer un nuevo ‘Pacto Global para la Naturaleza’.
Añadió que esto con la finalidad de “acompañar el Acuerdo de París sobre cambio climático para promover mayor protección y restauración de hábitats y estrategias de conservación a escala nacional y ecorregional, así como el empoderamiento de los pueblos indígenas para proteger la soberanía de sus tierras”.
El Índice Planeta Vivo -publicado por primera vez hace 20 años- ha rastreado, durante dos décadas, el estado de la biodiversidad, a través del tamaño de las poblaciones de miles de especies de vertebrados en todo el mundo y en su más reciente publicación muestra una disminución general, entre 1970 y 2014, del 60 por ciento en los tamaños de las poblaciones.
El reino Neotropical, que abarca América del Sur y Centroamérica, es el que ha sufrido la disminución más dramática: 89 por ciento de pérdida en comparación con 1970, en una abundancia promedio de mil 40 poblaciones (que representan 689 especies).
Además, sus poblaciones de vertebrados disminuyeron en total 89 por ciento, siendo el cambio más grave de todos los reinos biogeográficos.
La investigación de la organización conservacionista indica que la abundancia de las especies de agua dulce también ha disminuido 83 por ciento, en comparación con los datos obtenidos en el año 1970. La información sobre tendencias de las poblaciones, explica, es sólo una manera de registrar los cambios en la biodiversidad.
Para poner estas tendencias en un contexto más grande, el WWF explora tres indicadores: cambios en la distribución de especies, riesgo de extinción y cambios en la composición de las comunidades, y destaca que todos los indicadores muestran la misma imagen: la pérdida continuada de la biodiversidad.
Índice Planeta Vivo de Agua Dulce
La publicación también menciona que los ecosistemas de agua dulce albergan al menos 126 mil especies identificadas de peces, moluscos, reptiles, insectos, plantas y mamíferos, a pesar de cubrir menos del uno por ciento de la superficie de la Tierra.
Estos ecosistemas son también los más amenazados, al estar fuertemente afectados por la modificación, fragmentación y destrucción de los hábitats, especies invasoras, pesca excesiva, contaminación, prácticas forestales, enfermedades y cambio climático.
En muchos casos, la combinación de estas amenazas ha generado disminuciones catastróficas de la biodiversidad de agua dulce: las tres mil 358 poblaciones -que representan 880 especies de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces– en el Índice Planeta Vivo de Agua Dulce muestran una disminución del 83 por ciento, equivalente a cuatro por ciento por año desde 1970.
Las mayores disminuciones fueron en las poblaciones del Neotrópico (-94 por ciento), el Indo-Pacífico (-82 por ciento) y el África tropical (-75 por ciento), especialmente en reptiles, anfibios y peces.
En las conclusiones, el IPV considera que cada día la evidencia indica con mayor fuerza que la supervivencia de la humanidad depende de nuestros sistemas naturales; no obstante, seguimos destruyendo la salud de la naturaleza a un ritmo alarmante, por lo que los esfuerzos para detener la pérdida de biodiversidad no han funcionado.
Señala que las estrategias habituales sólo lograrán, en el mejor de los casos, un declive controlado, por lo que junto a conservacionistas y la investigación en todo el mundo, “hacemos un llamado para lograr el acuerdo internacional más ambicioso hasta la fecha: un nuevo pacto global para la naturaleza y las personas, que revierta la curva de pérdida de la biodiversidad”.
Los entes decisorios a todos los niveles –individuos y comunidades, países y compañías– necesitan tomar las decisiones políticas, económicas y de consumo correctas para hacer realidad la visión en la que puedan prosperar la humanidad y la naturaleza, visión que sólo será posible si todos ejercemos un liderazgo decidido, concluye.