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Usan gente vulnerable para vender en el Centro Histórico y no sean retirados

Antenas o halcones supervisan que nadie moleste a los comerciantes en situación vulnerable.

Alrededor de 90 líderes que controlan el comercio ambulante que se ubica en el primer cuadro de la Ciudad de México utilizan como escudos a personas en situación vulnerable, es decir hombres y mujeres de la tercera edad, con algún tipo de discapacidad como invidentes, en sillas de ruedas o muletas y hasta niños, con el fin de evitar que personal del gobierno capitalino y policías los retiren.

De acuerdo con La Jornada, el uso de personas vulnerables se convirtió en un modus operandi al que recurren distintos líderes en su intento por invadir y colocarse en calles donde no está permitido ejercer el comercio ambulante: Madero, República de El Salvador, Motolinía, Isabel la Católica, Cinco de Mayo, Venustiano Carranza, San Pablo, Correo Mayor, Soledad, Corregidora y República de Uruguay, entre otras.

Según información de las autoridades capitalinas, la lideresa Alejandra Barrios y sus hijos Diana, Silvia Graciela, Rubén, Sergio y Marlen Sánchez Barrios tienen el control de una cuarta parte de las calles en el Centro Histórico, incluso uno de sus integrantes controla a la gente que se coloca en la glorieta del Metro Insurgentes, así como en las inmediaciones de la estación Chilpancingo del Metro.

Otros líderes, entre quienes se encuentran Esther Chavarría, Benigno Villegas, los Guzmán, Laura, Concha, Eulalia, Rubén Sánchez Barrios y la agrupación conocida como Independientes de Venustiano Carranza tienen a su cargo 118 personas con algún tipo de discapacidad y de la tercera edad, además de niños, lo que a decir de las autoridades podría constituir el delito de explotación laboral e infantil.

Una comerciante mencionó que la mayoría de los vendedores pagan a los líderes entre 200 y 300 pesos diarios, según el lugar que ocupen y la mercancía que ofrezcan, pues en ocasiones se les cobra hasta por cada rejilla que coloquen.

Comentó que los operativos policiacos sólo se aplican “a los comerciantes que no se mochan”, porque si se trata de una persona que a diario entrega la cooperación al policía, al momento del operativo “ni se le toca”; en caso contrario, le quitan la mercancía y en ocasiones presentan al vendedor ante el juez cívico.

Vendedores establecidos y efectivos policiacos relataron que los líderes tienen a su servicio a personas conocidas como antenas o halcones que supervisan que nadie moleste a los comerciantes en situación vulnerable, además de alertar cuando los uniformados están por realizar algún operativo para desalojar las calles.




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