Valderrama no es el Club de Campo. Es un campo temible, que saca los ojos a cualquiera, sin piedad. “El más difícil que he jugado”, avisó Rafa Cabrera Bello, campeón la semana pasada del Open de España, antes del inicio de este Andalucía Masters. “Si tienes algún problema con tu juego, este campo lo va a acentuar”, se sumó el número uno mundial, Jon Rahm, defensor de que el mítico recorrido andaluz, cuna de la Ryder de 1997, sea sede del circuito europeo y del circuito americano. “Me dejaré todo por ello”, dijo Rahm, consciente de que en Estados Unidos no hay un campo igual, lleno de trampas, laberíntico, técnico, un campo que pone a prueba todas las virtudes de los golfistas y su habilidad con todos los palos de la bolsa. Lejos del modelo americano, en el que el juego consiste en pegarle recto y duro a la bola. Así está hecho la mitad del trabajo. En Valderrama con eso no vale, y mucho menos cuando sopla el viento.
De las palabras a los hechos cayó Jon Rahm este jueves, en la primera jornada del Masters de Valderrama, con el peso de sus sentencias. ¡Vaya si era duro este campo! El número uno cargó con cuatro bogeys en los seis primeros hoyos (comenzó su recorrido desde el 10) y un doble bogey en el 18 para cerrar la primera parte de la jornada con seis arriba, su peor actuación en muchísimo tiempo.
No hubo vuelta atrás para Rahm en sus segundos nueve hoyos, sino que sumó otro bogey en el hoyo siete para acabar con siete sobre el par en el día (78 golpes) y muchísimo trabajo por delante para pasar el corte este viernes. Es la segunda peor vuelta de Jon Rahm como profesional, después de los 82 golpes que firmó en la edición de The Players de 2017, en su primer año completo como profesional. El bajón le llega a Rahm después de la decepción del Open de España, cuando el sábado vio esfumarse sus opciones de victoria con una tarjeta de +2 y el domingo vivió uno de sus días “más frustrantes” con el juego corto en su intento de remontada. La revancha quería cobrársela en Valderrama, pero el duro recorrido andaluz es mal compañero de las prisas y el golf agresivo. La paciencia se cotiza al alza. Los birdies valen oro, y Rahm no logró descontar ni un golpe en ningún hoyo.
“No he llegado a estar cómodo”, analizó Rahm tras la ronda, “en los primeros hoyos he pegado golpes que no iban tan mal, pero no han entrado, también he tirado buenos putts que podían cambiar la dinámica… Tampoco he aprovechado los pares cinco. Si hace viento, el corte va a estar bastante alto este viernes, todavía quedan 18 hoyos para pasar el corte, tendré que hacer bajo par, pero se puede. Con este viento, este no es un campo fácil, pero la culpa no ha sido ni del viento ni del campo, ha sido mía al cien por cien. Lo bueno y lo malo del golf es que es culpa mía. Claro que no me quiero ir a casa el sábado, opciones tengo, eso seguro, pero el margen lo he perdido todo ya. Al menos meter los últimos putts me ha servido para no tirar del todo la vuelta, todos los golpes valen”.
A los primeros puestos de la clasificación subieron el francés Julien Guerrier, con -4, y Rafa Cabrera Bello con -3. El canario ha recobrado el ánimo después de unos meses en descenso, en los que perdió la tarjeta del circuito americano, y después de ganar el Open en un desempate ante Adri Arnaus, opta al doblete en Valderrama.
Clasificación del Estrella Damm Andalucía Masters.
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