Nicolas Maduro mientras interviene virtualmente ante la Asamblea General de Naciones Unidas.Prensa Miraflores (EFE/Prensa Miraflores)
El Gobierno de Nicolás Maduro había hecho un intenso lobby para retener su sillón en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Pero este martes no ha alcanzado los votos para su reelección y han entrado Chile y Costa Rica en los cupos de América Latina que se renovaban. La pérdida de este espacio ocurre días después que en esa misma instancia se debatiera el informe de la Misión de Determinación de los Hechos que documenta violaciones de derechos humanos en Venezuela, de las que se ha señalado a Maduro y otros altos funcionarios como responsables, y que el mismo consejo decidiera extender el mandato de este cuerpo de investigación por dos años más.
El expediente de torturas, detenciones arbitrarias y persecución a opositores ha sido alimentado por informes de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, la misión independiente y también la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, que abrió una investigación sobre Venezuela, actualmente paralizada a solicitud del Gobierno que intenta demostrar que la justicia local ha actuado en los casos por los que se le señala y ha encarcelado a los responsables.
Venezuela entró en el Consejo de Derechos Humanos en 2019 por el período 2020-2022 y presentó su candidatura para la reelección durante una votación en la sede de la ONU en Nueva York, mientras que otros 12 países ganaron un escaño en el organismo. Para repetir se requerían 97 votos y Venezuela solo obtuvo 88, mientras que Chile alcanzó 144 y Costa Rica, 134.
Los países miembros son elegidos por mayoría de votos por la Asamblea General de la ONU por un período de tres años y los países no son elegibles para la reelección inmediata después de cumplir dos períodos consecutivos.
El director de la ONG Acceso a la Justicia, Alí Daniels, celebra que el Gobierno de Nicolás Maduro, que está “señalado por crímenes de lesa humanidad”, no haya sido electo al consejo. “El requisito fundamental para ser miembro del consejo, de acuerdo con la normativa que lo regula, es que cumpla con los estándares de cumplimiento de derechos humanos y, obviamente, no es el caso de Venezuela”, comentó el abogado. “Hubiera sido una enorme injusticia que democracias consolidadas y respetuosas de los derechos humanos como la chilena o la costarricense fueran derrotadas por Venezuela”, dijo.
El viernes pasado, pese a los avisos de Venezuela de condicionar las relaciones bilaterales con los países que apoyaran renovar el mandato de la Misión Independiente de Determinación de los Hechos en el país sudamericano, los miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas decidieron que esta instancia continuara su trabajo. Los tres informes que ha emitido la misión han sido de los golpes más fuertes que ha recibido el Gobierno de Nicolás Maduro, que lucha por abrirse a la comunidad internacional que le condena por la deriva autoritaria en Venezuela. Para las autoridades venezolanas, las denuncias que han recogido los expertos de la ONU son “fake news”.
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La resolución para continuar el mandato de la misión, propuesta por Paraguay, se aprobó con 19 votos a favor, 5 en contra, 23 abstenciones. El Gobierno de Maduro obtuvo el apoyo de sus aliados habituales: China, Cuba, Bolivia, Eritrea y su propio voto de rechazo. Entre las abstenciones destacaron las de Argentina, que preside el consejo, México y Honduras, con Gobiernos que recientemente han retomado relaciones plenas con Miraflores, luego de que llegaran al poder mandatarios de izquierda.
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