Muchas personas creen que las verduras frescas son más saludables que las congeladas, pero ¿es eso cierto? Según los últimos estudios realizados por las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, la respuesta es la más sorprendente de todas. De hecho, los estudios han revelado lo que no esperabas sobre el debate entre las verduras frescas o congeladas y cuáles son mejores.
Verduras frescas o congeladas, ¿qué es mejor?
Según los estudios que se han hecho al respecto de si las verduras frescas son mejores que las congeladas, sorprende descubrir que estas últimas son igual de recomendables ya que no pierden ninguno de sus nutrientes o vitaminas, sino que de hecho, gracias a la congelación logran mantenerlos intactos.
Todo se debe al proceso de ultracongelación que consiste en someter a las verduras a una temperatura de -18ºC en muy poco tiempo, lo que permite conservar intactas sus propiedades, como las proteínas, las vitaminas, los minerales o los antioxidantes. Además, al estar ya lavadas, peladas y cortadas, se pueden cocinar de forma más rápida y fácil que si fueran frescas.
La pérdida de nutrientes de las verduras frescas
Las verduras frescas, por el contrario, empiezan a perder nutrientes desde el momento en que son cosechadas. El tiempo que transcurre hasta que llegan al mercado, el almacenamiento, el transporte y la exposición a la luz y al aire influyen en su deterioro nutricional. Por ejemplo, los guisantes pueden perder hasta la mitad de vitaminas en solo dos días.
Las ventajas de las verduras congeladas
Las verduras congeladas tienen varias ventajas frente a las frescas. Por un lado, nos permiten consumir verduras de temporada durante todo el año, lo que favorece la variedad y el equilibrio en la dieta. Por otro lado, evitan el desperdicio de alimentos, ya que se pueden usar solo las cantidades necesarias y conservar el resto en el congelador. Además, son más económicas y prácticas que las frescas.
¿Cómo elegir y preparar las verduras congeladas?
A la hora de comprar verduras congeladas, es importante fijarse en la fecha de caducidad y en el aspecto del producto. Las verduras deben estar sueltas y debemos fijarnos además en que no tengan ni escarcha ni hielo. Para prepararlas, se recomienda seguir las instrucciones del envase y evitar descongelarlas previamente o cocinarlas demasiado tiempo, ya que eso puede afectar a su textura y sabor. Se pueden cocer al vapor, al horno, a la plancha o saltearlas con aceite de oliva y especias.
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