No sólo desilusionó el informe de López Obrador porque no anunció ninguna medida de apoyo a la economía formal y a los pequeños y medianos empresarios, también decepcionó la respuesta del CCE, escribe Maricarmen Cortés en Excélsior.
Los diarios de circulación nacional presentan opiniones y editoriales con información y trascendidos relevantes en materia económica.
Dinero, de Enrique Galván, en La Jornada:
AMLO, su plan y la reacción de los opositores
El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un plan que más de rescate debería ser llamado de supervivencia nacional. Su eje: primero los pobres y después también los pobres. No gustó a las cúpulas empresariales. Aunque levantan la bandera de defender el empleo –algunos son sinceros– en realidad quisieran pilotear la crisis. Les gustaría que el gobierno pidiera prestado y los ayudara a mantenerse a flote.
Eso no es posible, sostiene el presidente. Ya en otra crisis Ernesto Zedillo recurrió a un préstamo de 50 mil millones de dólares, operación que lideró Bill Clinton y el dinero se empleó para salvar a inversionistas nacionales y extranjeros que habían comprado bonos. La crisis no cedió y Zedillo echó a andar el Fobaproa. Rescató a bancos y grandes empresas –algunos no lo necesitaban– incluso pidiendo dinero a los propios bancos rescatados. Sus deudas las convirtió en deuda pública, y todavía hoy sus pasivos son de alrededor de un billón de pesos.
Coordenadas, de Enrique Quintana, en El Financiero:
Viaje a la mente de López Obrador
Hay algunos que piensan que la estrategia del presidente López Obrador para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia del COVID-19 no tiene ni pies ni cabeza. Difiero de esa visión. Creo que la estrategia tiene su razón… aunque ésta pueda no corresponderse con la realidad.
Como aquí le comentamos, López Obrador se convirtió en una figura política nacional, entre otras cosas, a partir de su intensa crítica al Fobaproa. En su mente, quedó la imagen –parcialmente correcta– de que se habían utilizado recursos fiscales a gran escala para rescatar de la quiebra a empresas y empresarios poderosos. Pero, además, el presidente supone que el crecimiento de la deuda pública en México ha derivado en buena medida de la corrupción, del hecho de que se contrataban créditos para que hubiera recursos para que echaran mano de ellos funcionarios y proveedores. La combinación de estas dos visiones explica en buena medida su programa anunciado el domingo.
Nombres, Nombres y… Nombres, de Alberto Aguilar, en El Economista:
Sin plan de apoyo en el 2020 la peor crisis y suben reclamos vs Salazar
Es probable que la caída de la actividad económica, con al menos 8% en este 2020, sea la más pronunciada que ha tenido México en los últimos 25 años. En 1995 con el impacto a la banca, el PIB descendió 6.22% y en el 2009 con la crisis subprime, 5.95%, con una recuperación gradual en los años subsecuentes. El factor nodal para esto último fue la aplicación de medidas contracíclicas, tanto monetarias como fiscales que implementaron Ernesto Zedillo y luego Felipe Calderón, con el apoyo de Guillermo Ortiz y Agustín Carstens, respectivamente.
Es el camino neoliberal que cuestionó Andrés Manuel López Obrador, nada lejano a lo que ahora mismo implementan EU, GB, UE, Japón e inclusive AL. Por desgracia aquí el presidente renunció a ello, lanzándose la moneda para un golpe que para todos será más severo, y lejos de ser transitorio, ya que las secuelas las veremos en el 2021 y en muchos sectores en el 2022 al destruirse empleos, la inversión y debilitar más el consumo por el daño al aparato productivo y al sector financiero.
Activo Empresarial, de José Yuste, en Excélsior:
IP lanza plan; Herrera por medidas; ¿Márquez y…?
La reacción empresarial pasó de la sorpresa a la desesperación. En plena caída económica, no hay ni un solo estímulo, sobre todo para las micro y pequeñas empresas, las que generan 7 de cada 10 empleos en el país. De ahí que hoy el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar, lance su alternativa de plan contracíclico, que es el mismo que le plantearon al presidente López Obrador, y del cual, el mandatario no tomó ni una sola propuesta del sector privado.
El CCE propone medidas indispensables para solventar la crisis de liquidez: diferir pago de impuestos, contribuciones sociales (IMSS, afore) y apoyos para sostener uno o dos meses a los trabajadores con goce de sueldo. Sin embargo, ayer surgió una pequeñísima esperanza en el gobierno, la de Arturo Herrera, secretario de Hacienda, quien al tener una reunión (a distancia) con los legisladores, dijo que tenían en mente introducir medidas adicionales, más allá de los créditos que quieren dar por 25 mil millones de pesos a través de Nafin.
Desde el piso de remates, de Maricarmen Cortés, en Excélsior:
Tibia, muy tibia respuesta del CCE
No sólo desilusionó el informe de López Obrador porque no anunció ninguna medida de apoyo a la economía formal y a los pequeños y medianos empresarios, también decepcionó la respuesta del Consejo Coordinador Empresarial, que preside Carlos Salazar. Aunque en el CCE sí calificó de “incompleta” la respuesta del gobierno, inician su comunicado reconociendo los avances en los programas sociales y le “dan la bienvenida” a medidas como aumentar la inversión pública, ampliar el programa de créditos de la banca de desarrollo y su compromiso de “instruir al SAT” para agilizar la devolución del IVA.
Seguramente, ayer los empresarios que comieron con López Obrador insistieron en este acuerdo nacional tripartito y, aunque es difícil que hayan logrado que cambie de opinión, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera —quien pese a los rumores sigue el cargo—, les dijo ayer a los diputados que se analizarán nuevas medidas de apoyo para el sector formal.